Este 22 de marzo se conmemora el Día Mundial del Agua, que fue propuesto en 1992 durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de Río de Janeiro y que se celebró por primera vez en 1993.
Con el pasar de los años, la fecha ha cobrado mayor relevancia ante la carencia del líquido y los efectos del cambio climático.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha destacado que las medidas hídricas y de saneamiento son clave para reducir la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental.
En un informe publicado el pasado lunes, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) destacó el uso de aguas subterráneas para promover el desarrollo social y económico en el planeta.
“Las aguas subterráneas (...) ofrecen muchas oportunidades para que las sociedades se beneficien social, económica y ambientalmente, incluso mediante su contribución a la adaptación al cambio climático y a la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS)”, se indicó.
De acuerdo con el informe, estas aguas son la mitad del volumen de agua extraída para uso doméstico y alrededor del 25 % de toda el agua extraída para el riego.
En la región de Asia-Pacífico es la que más agua subterránea se extrae en el mundo. En el caso de África Subsahariana, solo se riega el 3 % del total de las tierras de cultivo y únicamente el 5 % de dicho porcentaje se lo hace con aguas subterráneas, a pesar de poseer grandes reservas de este recurso.
La organización remarcó la necesidad de proteger las aguas subterráneas por parte de los Gobiernos.
“Los responsables políticos deben tener plenamente en cuenta las formas vitales en que las aguas subterráneas pueden ayudar a garantizar la resistencia de la vida y las actividades humanas en un futuro en el que el clima es cada vez más impredecible”, declaró el presidente de ONU-Agua y del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), Gilbert F. Houngbo.
En el 2019, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) indicó que había 1.184 fuentes de agua cruda en Ecuador, de las cuales el 55 % correspondía a fuentes subterráneas.
La mayoría de estas provenía de pozos profundos y vertientes.
Los recursos hídricos corresponden a la disponibilidad de agua tanto superficial como subterránea que el hombre puede aprovechar y cuya distribución está condicionada por el clima, topografía, vegetación.
Protección del agua
En el país, hasta diciembre del 2021 se han declarado quince áreas de protección hídrica. El proceso es impulsado por el Ministerio del Ambiente y corresponde a zonas delimitadas que tienen fuentes de agua que se consideran de interés público.
La Ley de Recursos Hídricos, que en enero pasado la Corte Constitucional declaró inconstitucional, establecía que la autoridad única del agua, con un informe técnico, en coordinación con los Gobiernos autónomos descentralizados, establecen los límites del área de protección hídrica que sean necesarias para el mantenimiento y conservación.
En total las quince zonas de protección hídrica suman 61.895 hectáreas. La corresponsabilidad es clave para la conservación de estas áreas.
Al declarar una zona de protección, esto no implica que no se pueda aprovechar el recurso hídrico, sino su manejo responsable. El Gobierno espera alcanzar 284.000 hectáreas de protección hídrica hasta 2025.
Esmeraldas, Guayas, Jubones, Pastaza, Mira y Quinllunga de San Simón-Guaranda son varias de las áreas protegidas. (I)