Una comunidad en Llano Grande, en el norte de Quito, se enfrenta a una controversia con la empresa G&M Tratamiento Integral de Desechos, a la que acusan de contaminación ambiental.

La disputa ha escalado en los últimos meses, movilizando a los moradores del sector y generando diversas reacciones por parte de las autoridades.

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Los habitantes de Llano Grande, particularmente los barrios circundantes a la planta, han manifestado preocupación por los efectos que, según ellos, estarían causando las operaciones de la empresa.

Durante una rueda de prensa convocada por los representantes de la comunidad Kitu Kara, este lunes 9 de septiembre, se expusieron denuncias sobre supuestos daños a la salud y al medioambiente.

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Los residentes afirman que la empresa G&M está generando olores tóxicos y que estos estarían afectando la calidad de vida de quienes residen cerca de la planta. Incluso, algunos vecinos han presentado certificados médicos que, según ellos, prueban el impacto negativo de la contaminación en su salud.

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En este contexto, la comunidad ha organizado asambleas extraordinarias, como la celebrada el 29 de julio y el 31 de agosto de 2024, en las que se resolvió elevar la situación a las autoridades competentes y organizar protestas.

Entre las acciones más destacadas se encuentran la convocatoria de una audiencia con la empresa y la solicitud de intervención por parte del Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica (Maate) para revisar los permisos otorgados a G&M, aunque recriminaron que no han acudido o respondido a las convocatorias.

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El Ministerio del Ambiente emitió un informe técnico el 26 de agosto, en el que sostiene que no se encontraron pruebas de que las actividades de la planta de G&M estén generando contaminación en el suelo o el aire que afecte la salud de los residentes o de los trabajadores en la zona.

El informe concluye que los valores medidos de sustancias como el monóxido de carbono y el dióxido de azufre se encuentran dentro de los límites permitidos por la normativa ambiental vigente.

Además, se verificó que la empresa utiliza un sistema de tratamiento que incluye la solidificación de desechos mediante una mezcla de cemento y sosa cáustica, con procesos supervisados por filtros de carbón activado.

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En este sentido, el Maate habría desestimado las denuncias presentadas por la comunidad, recomendando su archivo al no haber evidencias que respalden las acusaciones de contaminación. Asimismo, en el oficio instan a las autoridades municipales y a la Defensoría del Pueblo a notificar los resultados a los denunciantes.

Guido Torres, gerente general de G&M Tratamiento Integral de Desechos, aseguró que la empresa ha cumplido con todas las normativas ambientales y ha superado varias inspecciones realizadas por las autoridades, incluyendo la Secretaría de Medioambiente y el propio Ministerio del Ambiente.

“Nosotros hemos tenido muchas visitas de las autoridades y han constatado que tenemos todo en regla, no hay contaminación”, afirmó Torres.

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Sobre el manejo de los desechos, Torres explicó que trabajan con sosa gastada proveniente de la refinería de Esmeraldas y que el proceso de tratamiento sigue estándares internacionales.

“Socializamos el proceso desde el inicio con el presidente de la comuna, quien estuvo presente desde la construcción de la laguna hasta el tratamiento del producto”, afirmó el gerente.

QUITO.- Interior de la planta G&M Tratamiento Integral de Desechos, en Llano Grande, norte de la capital. Foto: Cortesía

A pesar de las respuestas de la empresa y las conclusiones del Maate, la comunidad de Llano Grande mantiene su postura de que las operaciones de G&M están causando problemas en la zona.

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En las asambleas comunitarias se ha insistido en la revocatoria de los permisos ambientales de la empresa y en una mayor supervisión por parte de las autoridades. La comunidad ha decidido continuar con las movilizaciones, programando nuevos plantones frente a instituciones como el Maate, para exigir respuestas más contundentes. (I)