Ibarra

Más de ocho mil personas comenzaron a tomarse la calle Bolívar, principal arteria de Ibarra, para disfrutar de la primera carrera de viudas con tacones.

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Aquello se dio desde las 17:00 de este domingo, 29 de diciembre. El evento generó gran expectativa, más aún cuando es la primera vez que se realiza algo parecido en el centro de la ciudad.

Los adoquines patrimoniales mojados por la lluvia registrada horas antes pusieron más emoción a este concurso que reunió a niños, adolescentes, jóvenes y personas de la tercera edad que disfrutaron de principio a fin.

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Poco a poco comenzaron a llegar las viudas, luciendo galas sensuales, bien maquilladas, con pelucas de colores y calzado con tacos de más de cinco centímetros, que fue uno de los requisitos de esta inédita convocatoria organizada por la Alcaldía de Ibarra, que congregó a más de 100 participantes.

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El arribo de los participantes por las tres cuadras que tuvo el recorrido causó risa y asombro, porque según Marielena Navarrete, parecían mujeres de verdad.

Esta dama ibarreña comentó que los concursantes tomaron en serio esta propuesta.

En la previa del evento se realizó un desfile en pasarela de los participantes, que dio paso a la elección de la viuda más sexi, la viuda más tóxica y la viuda fotogénica. Foto: Ricardo Cabezas

Pasaban los minutos y las viudas iban perdiendo la timidez y se iban ambientando a este espectáculo que logró interesantes comentarios del público sobre esta propuesta que provocó un giro a la normalidad de este sector céntrico, que los domingos registra poca presencia de gente y muy poca movilidad de vehículos.

Rodrigo Salas, un ibarreño con más de 60 años de edad, dijo que este tipo de actividades vuelven alegre a diciembre, especialmente en los últimos días del año.

Saludó la organización y felicitó el comportamiento de los espectadores.

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Soledad Zambrano señaló que no es fácil dominar los zapatos con tacones, ya que son altos o bajos, anchos o tipo aguja, por lo que se necesita un cierto tiempo para poder caminar correctamente y más para correr con ellos.

Álex Salas, director de Deportes del Municipio de Ibarra, indicó que llegaron 300 participantes, pero fueron calificados únicamente los primeros 50, debido a que era la primera experiencia y el propósito era garantizar el desarrollo de la carrera, que tuvo jueces de partida, recorrido y arribo.

Los tiempos se cronometraron con auxilio de fotofinish, como en las grandes maratones.

La organización un día antes realizó un congresillo técnico en el que se indicaron las reglas. Los jueces calificaron vestuario, peluca, maquillaje, tacos de cinco cm de alto (mínimo) y ubicación de llegada.

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Antes de la partida hubo un recorrido o paseo por una pasarela, en la que se eligieron la viuda más sexi, la viuda más tóxica y la viuda fotogénica.

La competencia se disputó sobre tres cuadras, aproximadamente unos 300 metros, con un giro incluido.

Para Álvaro Castillo, alcalde de Ibarra, fue satisfactorio ver a los ibarreños unidos a través de estas programaciones que buscan despedir el 2024 y promover la reactivación económica del comercio, áreas de comida y refrescos, así como de los comerciantes informales.

Las caídas y tropezones de las viudas generaron risas en los asistentes a esta competencia que agradó y gustó. No faltaron las fotografías y selfis durante la jornada. Foto: Cortesía PPQP MEDIOS

Los competidores salieron en cuatro series, algunos cayeron a la calzada dando vueltas con los vestidos levantados, en medio de las carcajadas y el disfrute de la gente.

Una vez en el piso, se levantaban inmediatamente para lanzar besos volados a los curiosos y sortear el sonrojo.

Salas refirió que debido a la gran cantidad de concurrentes, por poco la organización se sale de control, experiencia que invita a tomar nuevas medidas el próximo año. Estas pueden ser la colocación de vallas y graderíos para que los asistentes estén cómodos, añadió.

Cada viuda contó con su respectivo número y recibió una medalla al finalizar la carrera. Los triunfadores ganaron premios económicos.

La comunidad GLBTI fue parte del certamen, volviendo inclusiva esta competición.

Fue sorprendente ver, además, cómo varias viudas corrían como si estuvieran con calzado deportivo, imprimiendo una gran velocidad.

El ganador fue un reconocido atleta de Imbabura, quien decidió participar emulando a una viuda, dejando de lado cualquier complejo e involucrándose en esta jornada de velocidad, jocosidad y picardía. Alcanzó una velocidad de 40 km por hora con tacos de más de cinco centímetros. (I)