El pasado 8 de junio, cuando Adrián Castro Piedra, abogado cuencano experto en transportación pública, seguridad vial y contratación pública, asumió como director ejecutivo de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT), las bodegas de la entidad en Quito estaban prácticamente vacías de material para la emisión de licencias de conducir, mientras que en la fábrica de placas había más de 200.000 pares de latas represadas, la mayoría de ellas desde hace tres años, sin que hayan sido terminadas y entregadas a los municipios del país para que estos a su vez se las den a los propietarios de vehículos y motocicletas.