Considerada una de las metrópolis más atractivas de América, Quito presume de una belleza única que disfrutan tanto sus visitantes como sus propios habitantes. Estos son algunos de los sitios considerados como parada obligatoria si se está de visita por la capital de los ecuatorianos.
El Panecillo y la Virgen Alada de Quito
Ubicados en pleno centro de Quito, son dos sitios emblemáticos de la capital. La loma del Panecillo es un sitio ideal para admirar la belleza de la ciudad. Aquí se encuentra la Virgen Alada, una imponente estatua plateada de aproximadamente 40 metros de altura y 7.000 piezas de aluminio, que puede apreciarse desde distintos rincones de la urbe.
Plaza de la Independencia
Ubicada en el centro histórico de la capital, es conocida también como la Plaza Grande por sus habitantes. A sus alrededores resaltan edificaciones imponentes y de una belleza arquitectónica única como la Catedral Metropolitana, el Palacio de Carondelet y el Monumento a la Independencia.
Iglesia y convento de San Francisco
Destaca por ser el conjunto arquitectónico religioso más grande de toda América. Es conocida también como El Escorial del Nuevo Mundo y se construyó en el año 1537 sobre los restos de los asientos militares de las culturas prehispánicas inca y caranqui.
Asimismo es conocida por ser la cuna de la llamada Escuela Quiteña de Arte, que cuenta con obras representativas del arte colonial de artistas de los siglos XVI, XVII y XVIII.
Mitad del Mundo
Esta atracción sin duda es una parada fija si está de visita por la capital. A unos 30 kilómetros de la ciudad se encuentra la Ciudad Mitad del Mundo, reconocida por el cruce imaginario de la línea ecuatorial que divide el planeta en dos hemisferios y cuya latitud es 0º 0´0´´.
Plaza e iglesia de Santo Domingo
Hoy en día la plaza forma parte del centro histórico de la capital y su edificación principal es la iglesia que lleva el mismo nombre. Su construcción se inició en el año 1581 y actualmente resaltan el jardín tropical del claustro, donde se pueden encontrar piezas de esculturas de la Escuela Quiteña erigidas entre los siglos XVII y XVIII; y el interior, de estilo barroco, en el cual resalta el establo de la capilla del Santísimo.
La Ronda
Este barrio histórico de la capital ecuatoriana comparte nombre con la famosa y tradicional calle de La Ronda, reconocida como la vía más pintoresca y animada del centro de la urbe. En sus alrededores resalta una gran cantidad de bares, restaurantes, tiendas y talleres de artesanías.
La Basílica del Voto Nacional
Diseñada por el arquitecto francés Emilio Tarlier, esta icónica construcción es considerada como el templo neogótico más grande de América y tomó como inspiración la catedral francesa de Notre Dame.
La construcción de esta imponente joya arquitectónica empezó en 1884 y, como dato curioso, 140 años después aún no ha finalizado. La leyenda cuenta que el día que se termine de construir la Basílica, Ecuador desaparecería como estado libre y soberano.
Las gárgolas que adornan la Basílica del Voto Nacional hacen alusión a la fauna ecuatoriana. En su visita se pueden apreciar distintas esculturas de caimanes, tortugas, piqueros, pumas, etc.
La Capilla del Hombre
Inaugurada en 2002, es considerada uno de los mejores museos de Quito. Está ubicada en el barrio Bellavista, junto a la casa/taller del renombrado artista ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, uno de los pintores más destacados en Ecuador y Latinoamérica.
En ella se puede apreciar una exposición de las obras de Guayasamín y parte de su colección personal de arte colonial y precolonial.
Barrio La Floresta
Con más de 100 años de historia, este tradicional barrio de la capital ecuatoriana es una de las zonas que vive una constante transformación y revitalización.
Gracias a la comunidad de artistas y escritores que se instalaron en esta zona años atrás, las casas comenzaron a mezclarse con galerías de arte vanguardista y murales pintados en las paredes del barrio, que hoy en día cuenta con pastelerías, cafeterías y centros culturales.
Teleférico
Todo el encanto y belleza de la Carita de Dios se pueden apreciar desde el Teleférico de Quito, considerado una parada imprescindible si está de visita por la capital ecuatoriana.
Catalogado como uno de los teleféricos más altos del mundo, alcanza los 4.050 metros sobre el nivel del mar y su viaje, de 18 minutos, lleva hasta la cima del cerro Cruz Loma, en la ladera del volcán Pichincha, mientras se puede admirar la ciudad desde las alturas del centro del planeta.