Con tres trimestres consecutivos de decrecimiento es inevitable señalar que la economía ecuatoriana cayó en recesión en 2024, señalan tres economistas que anticipan que el cuarto trimestre tendría la misma suerte por el impacto de los racionamientos de energía desde finales de septiembre. Ven que el 2025 será un año de desafíos para recuperar el terreno perdido y encaminar el crecimiento.

En la última publicación de las cuentas nacionales trimestrales, el Banco Central del Ecuador (BCE) reportó que el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo en 1,5 % en comparación con el mismo periodo del 2023 y cayó 0,2 % en relación con el segundo trimestre de 2024.

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La caída se empujó principalmente por la baja inversión, donde la formación bruta de capital fijo (FBKF) se contrajo (-6,2 %), la disminución de las exportaciones (-5,1 %), así como el gasto de gobierno (-1,04 %). En tanto, el consumo de los hogares creció en 2,9 % y las importaciones en 0,3 %.

El pésimo desempeño de las inversiones se explica por el decrecimiento de la construcción, que pesa aproximadamente el 44 % en el total de la FBKF, y por una baja demanda de productos asociados como metales comunes, productos metálicos elaborados, maquinaria y equipo eléctrico, entre otros.

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El decrecimiento es notable en la mayoría de los sectores económicos. De las veinte industrias analizadas, apenas seis tuvieron resultados positivos interanuales:

  • Arte y entretenimiento 3,7 %
  • Pesca y acuicultura 3,2 %
  • Alojamiento y comidas 2,6 %
  • Actividades inmobiliarias 1,5 %
  • Agricultura, ganadería y silvicultura 0,8 %
  • Manufactura de productos alimentarios 0,1 %

Y a catorce les fue mal durante el tercer trimestre (de julio a septiembre). Entre ellas:

  • Refinados de petróleo -3,9 %
  • Suministro de electricidad y agua -9 %)
  • Explotación de minas y canteras -5,1 %
  • Construcción -5,3 %
  • Comercio -1,1 %
  • Transporte y almacenamiento -5,3 %
  • Manufactura de productos no alimenticios -5,4 %
  • Administración pública -1,9 %

La disminución interanual de la industria de explotación de minas y canteras responde a “factores adversos, tanto en la extracción de petróleo como en la explotación de minerales metálicos y no metálicos”, indica el informe.

Producción de Petroecuador se estancó en 2024, para 2025 el Gobierno apunta a la inversión privada

La producción nacional de petróleo en campo cayó en 2,1 % —y con ello se redujo el valor agregado bruto (VAB) de extracción de petróleo en 1,9 %—. La razón está en la suspensión de bombeo de crudo a través del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP), ocurrida entre junio y julio por la erosión regresiva del río Coca.

También afectó que en agosto se inició el cierre de pozos del bloque 43-ITT (Ishpingo, Tambococha y Tiputini) por la consulta popular de 2023, en la cual la mayoría optó por mantener en el subsuelo el crudo del Yasuní.

La explotación de minerales no metálicos, metalíferos, otras minas y canteras, y actividades de apoyo registró una caída dramática del 17,3 % por reducción en las exportaciones de minerales metálicos y no metálicos del 36,7 % en volumen.

Las exportaciones de oro en toneladas métricas (TM) disminuyeron un 44,2 %, porque los controles gubernamentales fueron más estrictos en pequeñas empresas que comercializan este metal. Asimismo, las de cobre y plomo disminuyeron 45,6 % en TM, atribuido a una menor demanda, especialmente desde China (-46 %) y Perú (-8 %).

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Corrección de los dos primeros trimestres confirman la recesión

El Banco Central corrigió los resultados preliminares de los dos trimestres anteriores. Los ajustes se efectuaron con asistencia del Fondo Monetario Internacional (FMI), lo cual es visto con buenos ojos por los analistas, ya que consideran que los ajustes reflejan mejor la situación de lo que se observa en la economía real.

Inicialmente se reportó un crecimiento del 1,2 % de enero a marzo, pero ahora concluyó que el primer trimestre se contrajo en 1 %. Para el segundo trimestre se había anunciado un decrecimiento del 2,2 % y tras el ajuste aumentó al 4 %. A esto se añade la contracción del 1,5 % del tercer trimestre.

“Sin duda, la economía está en recesión”, asegura José Hidalgo, director general de Cordes, al recordar que una economía está en recesión cuando acumula dos o más trimestres consecutivos de caída, como es el caso del PIB de Ecuador entre enero y septiembre de 2024.

Anticipa que es muy probable que los resultados del cuarto trimestre también sean negativos, porque se reflejará el impacto de los cortes de luz. El negativo desempeño lo explica por los niveles mínimos de la inversión pública y privada, una escasa inversión extranjera, elevado riesgo país, mala situación fiscal acarreada por años, mala calidad institucional, una normativa laboral obsoleta, la inseguridad y la crisis energética.

Por ello, Cordes estima que en 2024 el PIB de Ecuador habría decrecido en el orden del 2 %, más de los pronósticos de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM) y el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) que proyectan contracciones entre el 0,4 % y 0,7 %.

“La contracción es inevitable”, remarca el economista Alberto Acosta Burneo, de Análisis Semanal. En su criterio, el 2024 estuvo marcado por “tres golpes fuertes”:

  1. La declaración de conflicto armado interno.
  2. Incrementos impositivos (aumento del IVA), anticipos y contribuciones especiales.
  3. Pérdidas por los apagones.

“Todo este entorno complejo lo que hizo es detener el crecimiento económico y la afectación más grave vino por el lado de la inversión”, y sostiene que el motor de la inversión debe ser el sector privado, “porque para que el fisco pueda invertir, tiene que retirar el dinero a alguien. El fisco no genera esas rentas. El fisco tiene que retirar a alguien sus recursos, a quien genere esa riqueza vía impuestos”.

Acosta Burneo cree que es muy probable que se cumpla el pronóstico del banco de inversión Barclays, que estimó un decrecimiento del 1,4 % para Ecuador el año pasado.

El Banco Central aún no ha actualizado su estimación para el cierre de 2024. El pasado 16 de septiembre, antes de los cortes de luz, la institución estimó que el PIB tendría un marginal crecimiento del 0,9 %.

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Efecto “rebote” para 2025

Los multilaterales prevén crecimiento para 2025, entre 1,6 % y 2 %; sin embargo, el nivel seguirá siendo marginal y respondería más a un “efecto de rebote” que a un mejoramiento real, porque los factores estructurales que afectan a la economía no han sido corregidos, anotan Hidalgo y Acosta Burneo.

Se esperaría que ciertos elementos que incidieron en 2024 no se repitan en 2025 con la misma intensidad, como los apagones de 14 horas diarias. Además, señalan que este año el desempeño de la economía está determinado por el rumbo que adopte quien gane las elecciones presidenciales.

Rubén Flores, decano de la Facultad de Economía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, concuerda en que el cuarto trimestre también será negativo y podría arrojar un fuerte decrecimiento. Comenta que la recesión actual no es lo único que debe preocupar, sino también el hecho que “desde el 2015 el país no encuentra una senda de crecimiento”.

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“No vemos señales serias de estructuración y de apoyo al aparato productivo”. La situación retrata la desconfianza para invertir en el país, que empeora con la inestabilidad política y económica. “Tenemos 27 reformas tributarias en los últimos años, tres en el último Gobierno, que no te garantizan, de ninguna manera, una señal clara que brinde confianza ni a un inversionista nacional, peor aún a un inversionista extranjero”, opina.

Contrario a los pronósticos para 2025, Flores cree que es complicado crecer este nuevo año porque se arrastra un estancamiento de los sectores productivos. Además, el balance fiscal “es más grave” por el servicio de deuda, limitado financiamiento y el fisco no percibirá más anticipos de impuestos, ni contribuciones especiales.

Lo que queda por esperar, según Flores, son los ingresos por las remesas y que las exportaciones se incrementen, sino se realizan correcciones en el manejo económico. (I)