A través de llamadas, a veces personales y otras solo grabaciones, email y hasta mensajes de WhatsApp, entidades de cobranzas a nombre de bancos o comercios realizan sus gestiones de cobro. Sin embargo, muchas de ellas se hacían en horas de la madrugada o a los familiares de los deudores. Frente a la queja de los clientes, las llamadas de cobranza fueron reguladas a partir de febrero de 2022 en la Ley de Defensa del Cliente, con una reforma al artículo 49 de la Ley Orgánica de Defensa del Consumidor.