Una extensión del plazo para cumplir de manera más gradual las metas de reducción del déficit y los caminos a seguir para dicha reducción, podrían ser los temas centrales de las discusiones que se lleven adelante estos días, entre el gobierno de Guillermo Lasso y la misión técnica del Fondo Monetario Internacional (FMI), liderada por Ceyda Oner, que se encuentra en el país.

En cuanto a los caminos, los temas a discutir serían opciones de financiamiento, reformas estructurales como la tributaria y la laboral, así como el complejo tema de los subsidios. Así opinan varios analistas al analizar lo que puede esperar el país de la más reciente visita del organismo multilateral.

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La misión permanecerá en agosto para cumplir dos tareas: realizar la revisión del artículo IV (analizar la situación económica del país con varios actores políticos y sociales) y concretar la revisión del programa de financiamiento con el organismo multilateral.

Del éxito de estas reuniones depende que Ecuador pueda acceder a unos $ 1.500 millones correspondientes al financiamiento comprometido por el Fondo Monetario para 2021, en el Acuerdo firmado por el Gobierno anterior y que aún está vigente. Así el fisco podría recibir en septiembre $ 800 millones: $ 400 millones correspondientes a abril e igual cantidad correspondiente a septiembre. Luego debería esperar a diciembre para recibir el saldo que serían unos $ 700 millones.

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A la fecha, debido a la transición del Gobierno, el fisco no ha logrado percibir recursos esperados desde el FMI. Estos dineros son distintos a los $ 1.000 millones que se recibirían a finales de agosto por una emisión extraordinaria de DEG para todos los países miembros que aprobara recientemente el FMI.

Augusto de la Torre, exjefe del Banco Mundial en América Latina y catedrático universitario, consideró que el tono de las conversaciones entre el Ecuador y el FMI va a ser constructivo y amigable, de respeto mutuo. Explica que Ecuador sí tendría un buen punto de partida en la conversación pues el país ha cumplido metas planteadas en el acuerdo que está vigente. La aprobación de la ley de Defensa de la Dolarización y la efectiva ejecución de la misma también es una buena credencial. Ya se ha efectuado la recompra de acciones de banca pública por parte del Ministerio de Economía al Banco Central, se están conformando las Juntas Monetaria y Financiera. El Gobierno también ha manejado de manera eficiente el aumento de la cobertura del bono de desarrollo y han existido nuevos anuncios importantes como el combate a la desnutrición infantil.

De la Torre considera que Ecuador podría proponer extender el tiempo en el cual cumplir las metas, es decir que la reducción del déficit no sea para 2022, como estaba previsto en el acuerdo inicial, sino para 2024. Para De la Torre, la contracción abrupta de la economía no sería factible ni conveniente en el ámbito político ni en el económico. El FMI, dice, va a estar interesado en el programa de reformas (tributaria, laboral y de seguridad social) que quiere llevar adelante el Ecuador, y en las cuales hay un cierto retraso. Otro tema complicado es el de cómo focalizar el subsidio para el transporte público.

De la Torre cuenta como anécdota que al momento hay una suerte de euforia en Wall Street por Ecuador y que varios inversores le han preguntado si piensa que Ecuador regresará pronto a los mercados. Su respuesta ha sido “ojalá que no”, pues lo que le convendría es controlar la deuda y con una baja del riesgo país procurar que llegue más inversión.

De acuerdo con Jaime Carrera, secretario ejecutivo del Observatorio de la Política Fiscal (OPF), el tema más importante a discutir será la evolución del gasto y el déficit. En el tema del déficit se debe ver cuál será el monto de cada año y cómo se espera que sea financiado. Esto es, entender si el Gobierno está pensando en regresar a los mercados internacionales o manejarse con niveles de endeudamiento a través de multilaterales. Carrera considera que el FMI estará interesado en ver en qué términos se presentará el presupuesto y si es compatible con la programación que están haciendo con el FMI.

Entre tanto, Alberto Acosta Burneo, editor de Análisis Semanal considera que el Gobierno no buscaría un acuerdo extendido ni uno nuevo con el FMI, sino mantener el que se tiene. Esto porque lo contrario representaría una demora más y las arcas fiscales están necesitadas de los recursos. Para Acosta, al momento no hay claridad sobre cuáles serán las propuestas del Gobierno, sobre todo porque se ha visto un cambio entre la postura del presidente. Cuando era candidato Lasso aseguraba que la reducción del déficit iría por la vía de no gastar más, sino gastar mejor. Ahora se plantea más bien que la economía crezca sin una contención fuerte del gasto.

En este segundo escenario será importante ver el peso que se le quiera dar a los impuestos, sobre todo tomando en cuenta que la Asamblea, donde se debe aprobar la reforma tributaria, no es favorable a la aprobación de este tipo de reformas. (I)