El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) requiere que el Estado le entregue en 2024 unos $ 3.706 millones. Ese valor requerido es mucho mayor al que se ha programado entregar por parte del Gobierno en la proforma presupuestaria 2024 que son $ 2.218,7 millones.

De un gran presupuesto consolidado de $ 10.223,3 millones, un poco más de la tercera parte debe ser financiada por el Estado. De este importante rubro, los gastos en pensiones suman $ 6.707,1 millones y el de salud $ 2.038 millones.

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De acuerdo con lo señalado por el IESS en su resolución 668, solo el Fondo de Invalidez Vejez y Muerte -que es el fondo de pensiones- requiere del Estado $ 2.721,1 millones, pero el Gobierno solo ha presupuestado $ 2.045,7 millones. Es decir hay una diferencia en contra de $ 675 millones.

Adicionalmente, el Seguro Social esperaría recibir al menos $ 782,3 millones para el fondo de salud, esto por la deuda de salud que existe y que se arrastra desde hace varios años. Sin embargo, en la proforma para este rubro se ha destinado cero dólares.

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En el Seguro de Riesgos del Trabajo, en cambio, el IESS requiere $ 27,3 millones, pero solo se ha presupuestado por parte del Estado $ 17,8 millones. Es decir faltan $ 9,4 millones. Finalmente, para el Seguro Social Campesino se ha destinado por parte del Estado $ 149,4 millones pero lo que realmente se necesita son $ 169,6 millones, por lo que hay un faltante de $ 20,2 millones.

Las cifras se conocen en medio de las declaraciones que hiciera esta semana el presidente del Consejo Directivo del IESS, Eduardo Peña, en el sentido de que se enviará una ley para, entre otros puntos, incrementar el porcentaje de aportes del 20,6 % al 30 % y ampliar el número de años promedio para calcular la pensión jubilar. Además, Peña dijo que aspira a que tras la aprobación del 15 % del impuesto al valor agregado (IVA), la entrega de recursos para el IESS se incremente.

De acuerdo con Richard Gómez, vocal en el Consejo Directivo en representación de afiliados, la situación del Seguro Social es compleja, sobre todo porque la diferencia entre lo que requiere el IESS y lo que se ha destinado por parte del Estado deja una brecha de $ 1.487,4 millones.

En este sentido, indica que desde ya esta cifra es lo que tendría que desinvertir el IESS de sus fondos del Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (Biess).

Explica que el IESS, a más de tener que pagar las pensiones, tiene deudas importantes con los prestadores externos y además requiere $ 1.200 millones para las unidades médicas.

Adicionalmente, asegura que el IESS espera que el Gobierno le entregue efectivamente el dinero que ha presupuestado, pues si se repite el comportamiento de años pasados, ni si quiera ese rubro presupuestado se les ha pagado de manera completa.

Ante ello considera que probablemente la desinversión que deba hacer el Biess será mucho mayor. Indica que en 2023 se invirtió por parte del Biess unos $ 2.000 millones en bonos y los intereses fueron pagados con los propios dineros invertidos. “Nos pagan con nuestra propia plata”.

Y considera necesario que haya una suerte de control sobre las inversiones del Biess. Actualmente el Directorio está compuesto por una mayoría de funcionarios del Gobierno, lo que permite que se maneje a conveniencia de este, aunque haya oposición de los dueños del IESS.

Rechazo a propuesta de subir aportes

El representante de los afiliados en el Consejo Directivo del IESS, Richard Gómez, asegura que examinando el panorama y las grandes deudas que tiene el Gobierno, e incluso el sector empleador con el Seguro Social, no es lógico hablar de incrementar los aportes de los afiliados. Aclara que las declaraciones del presidente de la institución, Eduardo Peña, han sido a título personal y no de todo el Consejo Directivo.

Entre tanto, Henry Llanes, del Frente por un Nuevo IESS, opina que antes de incrementar años de aportación del 20,6 % al 30 % como lo está proponiendo Peña, se deben corregir los problemas estructurales que generan este problema.

Entre ellos, hay incumplimientos del Estado, de los empleadores privados. Esto ha traído consigo la generación de un enorme lucro cesante, que genera al Seguro Social enormes pérdidas económicas por doble vía: no tiene dinero para invertir y ganar intereses, y por otro lado va descapitalizando peligrosamente el fondo de pensiones. Este año seguramente sucederá lo mismo que en 2023, cuando el exmandatario Guillermo Lasso no transfirió el 40 % y tampoco transfirió todo lo que le correspondía en materia de salud.

Para Llanes, entre los cambios estructurales debería estar eliminar las prestaciones médicas que han descapitalizado al fondo de salud, como la atención de los hijos de los afiliados, sin financiamiento. Asegura que al momento este grupo suma 2′068.000 personas. Los beneficiarios del Seguro Social Campesino son 608.000 personas. Son bloques enormes de personas que están descapitalizando peligrosamente al IESS. Y que también hay un tercer bloque de las personas que reciben atenciones médicas que no son afiliados al seguro y que deberían ser atendidas por la red pública de salud.

Sobre este punto, el presidente del IESS ha adelantado que no se puede dejar insubsistentes derechos adquiridos de estos grupos, pues podrían generarse demandas en el ámbito judicial. (I)