Almacenes de vestimenta o artículos del hogar, de víveres, boticas y sobre todo sastrerías captaban a los clientes del Guayaquil de 1921. Sus anuncios están en las primeras páginas de Diario EL UNIVERSO y dejan rastro de la actividad comercial de esa época, de los puntos de negocios: las calles Pichincha, Pedro Carbo y Clemente Ballén. Hoy -tras 103 años desde aquella primera edición- esas calles cuentan su historia y la herencia comercial de la ciudad.
El 16 de septiembre de 1921, Celso I. López promocionaba su oficio de reparación de máquinas de escribir. Su local funcionaba en la calle Pedro Carbo 207 entre Junín y Bolívar -calle que ya tiene otro nombre-. En ese sitio ahora -103 años después- funciona el edificio del Instituto Técnico Bolivariano (ITB), cerca de la iglesia de La Merced, en Pedro Carbo entre Junín y Víctor Manuel Rendón.
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La calle, que en 1921 se llamaba Bolívar, tomó el nombre de Víctor Manuel Rendón luego que el Concejo Cantonal de Guayaquil decidió, el 7 de agosto de 1936, homenajear a este destacado diplomático, médico y escritor guayaquileño. El sector ahora es parte del casco bancario de la ciudad, instituciones como Banco Guayaquil, Banco Bolivariano o Banco del Pacífico tienen cerca sus oficinas matrices.
Como ahora, la calle Pichincha era parte del corazón comercial de Guayaquil en 1921. Aurelio Ramos tenía su almacén de víveres en la calle Pichincha 814-816, donde ahora se levanta el edificio Sarji. En esos locales funcionan Skate World y Sping Store, tienda de ropa deportiva y deportes extremos. Cruzando la cuadra Juan T. López tenía su ferretería, en las calles Pichincha y Colón y llevaba 20 años reconstruyendo máquinas, es decir, desde 1901, y a pocos metros se ubicaba una oficina de la fábrica de velas La Ecuatoriana de Bahía de Caráquez, en Pichincha y Colón 902.
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Esa dirección, con el número 902, se mantiene, sin embargo, ahora funcionan varios puestos de zapatos y ropa de la Bahía, a pocos metros del ingreso del pasaje comercial Villamil, donde los vendedores se pelean los clientes: “¿Qué busca, refrigeradoras, aires acondicionados, cocinas, lavadoras?”. “¡Venga!, la camiseta de la selección, la de Kendry, la de Enner, hable nomás patrón”. Ahora el color verde de los dólares resalta en las manos de los vendedores a diferencia de la década de los veinte cuando se comerciaba con el sucre.
Historia de la calle Pichincha y su herencia comercial en Guayaquil
A dos pasos de donde tenía su oficina la fábrica de velas, ahora funciona Gerarca El Prado, una conocida tienda deportiva que se instaló en esa dirección en 1940. Magdalena Martínez, su actual administradora, resalta que ellos tienen más de 80 años en ese lugar.
Unas cuadras más abajo, en Aguirre 408 entre Chile y Chimborazo, funcionaba una camisería, muy populares en la época. Ahora, funciona uno de los locales de Shoe Store. Marcos López, un trabajador del sitio que ha laborado ahí desde la década del 70, recuerda que ese edificio era propiedad de la empresa Lanafit, aunque desconoce si tenía algo que ver con la camisería que funcionaba en 1921. En internet se pueden hallar publicidades de esa empresa cuando funcionaba en esa dirección en 1965. “Todo este sector ha sido siempre de negocios de venta de ropa, telas, cosas de vestir”, comenta.
En Luque 406 y Chimborazo, Benjamín Cevallos G. tenía la sastrería Juventud del Guayas y publicó anuncios en las páginas de EL UNIVERSO. El lugar ahora es ocupado por el Foto Estudio Colorama que funciona desde 1968.
En las direcciones donde funcionaban otros negocios ahora hay edificios públicos y museos. Por ejemplo, la sastrería de Juan Lombeida en 1921 estaba en la calle Clemente Ballén 222, cerca de donde funciona el edificio del Correo, que fue fundado en 1910. En Clemente Ballén 208 estaba calzado J N Núñez y ahora está el edificio Martín Áviles, levantado entre 1927 y 1929 por la Compañía Italiana de Construcciones. Allí funcionó el hotel Crillón durante varias décadas. Desde el 2002 pertenece al cabildo porteño.
A una cuadra, en la calle Pichincha 414, en 1921 atendía la Librería y Papelería Janer & C. Treinta y tres años después, en 1954, se edificó en ese lugar el edificio del Banco de Descuento, proyectado por Karl Kohn y edificado por la constructora Christiani y Nielsen Ingenieros Contratistas S. A., empresa fundada en 1904 en Copenhague. El Banco de Descuento cerró sus puertas en febrero de 1985 al entrar en liquidación, hoy en el sitio funciona la Biblioteca de las Artes.
“No sé si ahí quedaba la librería, siempre lo he conocido como el Banco de Descuento”, cuenta Carlos Vera, de 72 años, un vendedor ambulante que recorre este sector con inciensos. Cuenta emocionado que recuerda cómo eran muchos lugares del centro en las décadas de los sesenta, setenta u ochenta. “No puedo decir lo que había en 1921, sería imposible, pero sí recuerdo el edificio de Casa Tosi, el Mercado Sur, el antiguo malecón”.
Otros espacios de la época muestran la evolución del comercio. La Fábrica Nacional de sombreros Guayaquil funcionaba en Chimborazo y Calixto Romero. Actualmente, en el sitio está un local de Tía, una cadena de supermercados fundada en 1960 por los checoslovacos Kerel Steuer y Federico Deutsch.
Guayaquil y sus puertos, una relación desde tiempos coloniales