Aunque las medidas económicas como el incremento del impuesto al valor agregado (IVA) y la eliminación de subsidios a las gasolinas de 85 octanos han sido importantes para equilibrar las finanzas públicas, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) al que se ha comprometido el Ecuador requerirá de más esfuerzos y, según los expertos, cumplir “desafiantes metas”.

Al menos deberá haber una nueva reforma tributaria que debe entrar en vigencia en el 2026.

De acuerdo con el análisis de Alberto Acosta Burneo, editor de Análisis Semanal, el nuevo acuerdo firmado en mayo de 2024 plantea una consolidación fiscal (incremento de ingresos y reducción de gastos) equivalente a 5,5 puntos porcentuales del PIB en cuatro años. Esto es durante el periodo 2024-2028. El grueso del ajuste se debe realizar al inicio del acuerdo.

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Además, indica que las metas previstas en el documento son más ambiciosas que en el acuerdo anterior de marzo de 2019. En ese entonces, la consolidación fiscal se planteó en 5 puntos porcentuales del PIB.

Acosta Burneo explica que el acuerdo de 2024 pone mayor énfasis en elevar los ingresos. Al menos se debe incrementar en 3,7 puntos porcentuales del PIB (frente a 2,8 puntos en el acuerdo de 2019). Aquí se incluyen impuestos y reducción de subsidios a combustibles.

También señala que las autoridades se comprometieron con el FMI a preparar un plan para obtener más ingresos tributarios por dos vías:

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  1. Reducir el gasto tributario: deducciones, exenciones, crédito fiscal, tasas reducidas, etc.
  2. Sustituir impuestos y contribuciones temporales por impuestos permanentes.

El gobierno de Daniel Noboa se adelantó y realizó tres reformas en materia tributaria.

El FMI estima que rendirá un equivalente a 1,8 % del PIB en 2024. Sin embargo, de este valor 1,2 puntos porcentuales son tributos y contribuciones temporales que desaparecerán en los siguientes años. Asegura que el plan para elevar ingresos tributarios deberá presentarse como máximo en noviembre de 2024. Esta acción forma parte de las metas estructurales del acuerdo.

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El objetivo es elevar recaudaciones entre 2024 y 2028 en un equivalente a 1,9 % del PIB.

Sin embargo, la reforma tributaria podría esperar el momento político más oportuno para ser enviada a la Asamblea.

El desafío será aprobar los nuevos tributos antes de que finalice 2025, ya que en 2026 ya no se tendrían los ingresos por auto retención cuyo beneficio desaparece en 2025; se reintroducirá la exención de impuesto a la salida de divisas (ISD) a la banca y desaparecerá la contribución temporal a las empresas. Todo esto equivale a alrededor de 1 % del PIB.

En total, la reforma tributaria, que entre en vigor en 2026, deberá generar un equivalente a 1,2 % del PIB ($ 1.500 millones).

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El Gobierno mantendrá permanente el incremento de 2 puntos porcentuales en el IVA. Tendrá que buscar otros mecanismos para compensar por los ingresos que ya no se recibirán por ISD a la banca y contribuciones de empresas y además alcanzar la meta de elevar las recaudaciones en 0,2 % del PIB.

No se puede descartar que adicionalmente busque crear nuevos tributos enfocados en los ingresos y patrimonios de empresas y de personas naturales más pudientes.

Modernizar el código de procedimientos tributarios y mejorar la gestión de grandes contribuyentes corporativos y personas de alto patrimonio. Y modernizar aduanas con el apoyo de asistencia técnica del FMI: actualizar sus sistemas informáticos y simplificar los procesos aduaneros fundamentales.

Por su parte, Jaime Carrera, secretario ejecutivo del Observatorio de la Política Fiscal, dice que es desafiante la meta de obtener en 2024 un déficit de $ 2.295 millones en el balance primario no petrolero del presupuesto del Estado.

Este déficit se obtiene de deducir del total de los ingresos la renta petrolera y del total de gastos el gasto petrolero y el pago de intereses de la deuda.

También es exigente la meta para fines de 2024, de alcanzar en el presupuesto del Estado más la cuenta de importación de derivados (CFDD) un déficit global de $ 4.214 millones, considerando que la cuenta CFDD siempre tiene importantes déficits y las serias dificultades para reducir el déficit del presupuesto.

Carrera indica que la meta para 2024 de $ 6.528 millones en el SPNF, del balance primario no petrolero incluido el subsidio a los combustibles también reviste particular importancia, pues entraña la reducción de los subsidios.

En todo caso, Carrera comenta que de cumplirse las metas, el Fondo Monetario puede entregar recursos al país que le ayudarán a salir adelante. Ecuador requiere préstamos para financiar el déficit fiscal, cancelar las amortizaciones internas y externas de deudas pasadas, las cuentas por pagar, certificados de tesorería (Cetes) y otros pasivos. En el periodo 2024-2028 el total de las necesidades de financiamiento asciende a $ 38.024 millones. Carrera explica que sin la ayuda del FMI, la situación ya compleja del país, debido a un abultado déficit, sería peor. (I)