El enfermero español Joan Pons Laplana, voluntario a quien se le aplicó en junio pasado la vacuna impulsada por la AstraZeneca y la Universidad de Oxford contra la COVID-19, manifestó este martes a Diario EL UNIVERSO que "no hay que alarmarse" ante el anuncio de esa empresa farmacéutica de pausar los ensayos de la fase 3, por posibles efectos adversos en uno de los voluntarios.