Es un secreto a voces que el rey emérito de España, Juan Carlos I, y su esposa, la reina Sofía, llevan años alejados sentimentalmente, por lo que la separación física que habrá ahora, luego de que él haya decidido pasar sus últimos años de vida en República Dominicana, no afecta su vida de pareja.

Sofía de Grecia mantendrá su residencia en el Palacio de la Zarzuela de Madrid y seguirá con su actividad institucional. Ella, al no tener relación con los supuestos negocios en los que habría participado el rey emérito, ha quedado al margen de la polémica, señala una publicación de Infobae.

Ambos intentaban mostrar una relación cordial por su hijo, el actual rey de España, Felipe VI, aunque se conocía que entre ellos existe un gran distanciamiento.

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Luego de la abdicación de Juan Carlos I, en el 2014, la actividad de Sofía ha sido menor, aunque sigue participando en eventos solidarios. Desde hace varios años, su hermana la princesa Irene de Grecia la acompaña gran parte del año en Madrid, convirtiéndose así en su mayor apoyo moral.

Actualmente, hay dudas sobre si Sofía podrá mantener su vida con total normalidad, debido a la actual situación de su esposo. Por ahora ella ha decidido ir a pasar unos días en Palma de Mallorca y así mostrar tranquilidad.

Los reyes eméritos mantienen una distancia tan marcada, que incluso han pasado el confinamiento cada uno por su lado. Sofía por mucho tiempo lidió en silencio con los romances de su esposo, mostrándose firme e inquebrantable ante los rumores de infidelidad de su marido, quien ocupó el trono durante 45 años. Sin embargo, no hay indicios de que la pareja piense en el divorcio.

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Sofía y Juan Carlos I se casaron el 13 de septiembre de 1961 y tan solo unos años después del matrimonio ya estaba roto. Para la reina Sofía, las aventuras amorosas de su marido nunca fueron una novedad y siempre se ocupó de saber quiénes eran sus amantes. Pese a esto, nunca se plantearon el divorcio como una salida posible a una relación totalmente terminada.

Estas son algunas mujeres con las que Juan Carlos I mantuvo los romances más sonados:

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Marta Gayá

En 1992, la decoradora nacida en Palma de Mallorca fue señalada como “la compañera sentimental del rey Juan Carlos”. La mujer, nacida en 1948, intentó mantener un perfil bajo y ,aunque el rey emérito tenía paralelamente otras aventuras, Gayá se mantenía ahí.

Según El Periódico, un momento muy recordado es cuando durante la fiesta de presentación de la Copa del Rey de Vela, frente a Sofía, Juan Carlos dejó el grupo en el que se encontraban ambos conversando diciendo “perdonen, voy a saludar a mis suegros” porque en aquel momento llegaban a la celebración los padres de la que entonces era su amante.

Dicen que Gayá ha sido la mujer que más ha querido el rey emérito y que por ella hizo varios viajes a Suiza “sin razones políticas ni motivos de salud” para visitarla. Por ello además descuidó sus obligaciones familiares e incluso las oficiales.

"La Zarzuela intentó justificar las ausencias del rey. Las excusas se agotaron el 18 de junio, cuando Felipe González, el entonces presidente del Gobierno, hizo público que no podía nombrar a un nuevo ministro de Exteriores porque el monarca no estaba es España. Estaba con su amante", indica Infobae.

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Corinna Larsen

Se trata de la mujer relacionada con los más recientes escándalos de Juan Carlos I. Su romance habría surgido cuando ella estaba aún casada con con el príncipe alemán Casimir zu Sayn-Wittgenstein, su segundo marido. Este matrimonio solo duró cinco años y, a pesar del divorcio, Corinna continuó presentándose como princesa en los circuitos más exclusivos del jet set europeo. Sin embargo, tuvo que dejar el título de princesa ya que su ex se casó con la modelo Alana Bunte.

Al parecer, su interés por formar parte de la realeza la llevaba a frecuentar cierto círculo social y es a través de este que pudo conocer a Juan Carlos. Sin embargo esta relación también llegó a su fin, sin que él le cumpliera la promesa de casarse con ella, según medios españoles. Entonces, decidió revelar una cinta en la que aseguraba cómo Juan Carlos I cobró comisiones por mediar en la construcción de la obra del AVE a La Meca, en Arabia Saudita. De este dinero, él le habría dejado a ella 65 millones de dólares por “amor y gratitud”.

El romance entre Corinne y Juan Carlos podría haber permanecido en la clandestinidad por muchos años, si aquel famoso safari en Botswana, ocurrido en 2012, no hubiera salido a la luz. Para ese entonces, ella trabajaba en una agencia que organizaba viajes de caza de lujo para clientes de muy alto nivel, entre quienes se encontraba el monarca.

María Gabriela de Saboya

Se trata del amor de juventud de Juan Carlos I. María Gabriela de Saboya es la hija del último rey de Italia, Humberto II, que duró un mes en su cargo antes de que el país votara convertirse en una república.

María Gabriela pudo haberse convertido en reina de España. Los padres de ambos habían aprobado la unión, pero, al parecer, Franco no dio el visto bueno.

“Juan Carlos era muy simpático. Yo lo quería mucho. Íbamos al cine y al casino los domingos. Él no pasaba mucho tiempo en Portugal porque estudiaba en el Palacio de Miramar, pero nos escribíamos muchas cartas”, contó la última princesa italiana al Corriere della Sera en 2018. Mientras él se preparaba para ser rey, ella estudió arte en Ginebra, en el Liceo Italiano de Madrid y en l’Ecole du Louvre. (I)