Los 'dominios' de Alexandra Flores y su Asociación de Trabajadoras Sexuales por un Futuro Mejor, con unas 150 integrantes, están en el Centro Histórico de Quito -la Plaza del Teatro, Plaza Grande, La Marín y la calle Junín-, donde la cuarentena se ha convertido en un ir y venir intermitente de vendedores ambulantes, policías y agentes metropolitanos.