El lunes, en el último de los seis días de la Diablada Pillareña, desde los cuatro puntos cardinales de Píllaro salieron diablos, guarichas, capariches, parejas de línea, bandas de pueblo e incluso uno que otro chorizo para tomarse el centro de la ciudad y con sus bailes contagiar de alegría a los cientos de turistas que llegaron a disfrutar de las partidas o comparsas de esta celebración, que desde el 2009 es parte del Patrimonio Cultural Intangible del Ecuador.