La capital ecuatoriana siguió sin su actividad normal el fin de semana, y es que a la dificultad de moverse por la ciudad en los últimos días, el toque de queda decretado por el presidente Lenín Moreno frenó a la ciudadanía, aunque no por esto se apagaron las manifestaciones contra las medidas económicas y actos de violencia generados en once días de protesta.