La creación voluntaria de centros para migrantes en suelo europeo, una de las propuestas clave del acuerdo cerrado in extremis por los mandatarios de la Unión Europea (UE) para blindarse ante la migración, se topó con el rechazo de los países a instalarlos.

Bajo presión de Italia, que cerró recientemente sus puertos a barcos fletados por oenegés con migrantes socorridos en el mar Mediterráneo, sus socios alcanzaron en la madrugada de este viernes un acuerdo para proteger las fronteras del bloque y desmotivar a los migrantes que se lanzan en peligrosas travesías.

A los 9.222 muertos o desaparecidos en el Mediterráneo desde 2015 hasta el pasado miércoles, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), se suman 3 bebés fallecidos y un centenar de desaparecidos este viernes en un nuevo naufragio.

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Horas después de la adopción del acuerdo, las dudas empezaban a emerger sobre cómo implementar el acuerdo que incluye también crear plataformas de desembarco fuera de la UE, una mayor protección de sus fronteras y más cooperación con países de origen y tránsito de los migrantes.

Para la responsable de emergencias de Médicos Sin Fronteras, Karline Kleijer, “los únicos elementos sobre los que parecen haberse puesto de acuerdo los países es el bloqueo de las personas a las puertas de Europa (...) y la diabolización” de las oenegés que socorren migrantes en el mar.

Los países mediterráneos exigían más solidaridad a sus socios para repartirse los solicitantes de asilo llegados a sus costas, pero los países de la ex órbita soviética siempre se han mostrado contrarios a ello, incluso cuando se puso en marcha un plan excepcional basado en cuotas entre 2015 y 2017.

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Estos ganaron la partida. La creación de centros en suelo europeo para diferenciar entre los migrantes que tiene derecho a la protección y aquellos que deben ser devueltos a sus países será de manera voluntaria, así como la acogida de los refugiados de esas estructuras.

“Hungría seguirá siendo un país húngaro y no se convertirá en un país de migrantes”, dijo el primer ministro húngaro, Viktor Orban. Aunque el presidente francés, Emmanuel Macron, dijo que los candidatos a abrir esos centros controlados debían ser los países de primera llegada, pero estos ya han dado a entender que no lo harán.

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El acuerdo sobre migración intentaba contentar tanto al primer ministro italiano, Giuseppe Conte, quien había amenazado con boicotear la cumbre si no se respondía a sus exigencias, como a la canciller alemana, Angela Merkel, bajo presión de sus socios de coalición para controlar la llegada de migrantes a su territorio.

“Italia ya no está sola”, dijo Conte, mientras su ministro de Interior, Matteo Salvini, anunciaba hoy el cierre de sus puertos todo el verano a las oenegés que socorran a migrantes. “Las oenegés verán a Italia en postales”, aseguró. (I)

9.222 víctimas
Esa es la cantidad de muertos o desaparecidos en el Mediterráneo desde 2015, según la OIM.