Tras el escándalo de los Papeles de Panamá, el bufete panameño Mossack Fonseca (MF) intentó poner su casa en orden. Recabó la información de las empresas que estaban ligadas a altos funcionarios públicos de todo el mundo, entre ellas, Madrigal Finance Corp., la compañía del entonces fiscal general del Ecuador, Galo Chiriboga.