“Hemos heredado una brecha importante entre el número de jóvenes que demandan el acceso a la universidad y la oferta y la capacidad que hay para eso”, evalúa Augusto Barrera, titular de la Secretaría Nacional de Educación Superior (Senescyt), y asegura que en un par de años se prevé cerrar esa brecha, que estima alcanza los “40.000 jóvenes” que no tuvieron acceso a la enseñanza superior.