Ernesto Samper defiende al edificio de Unasur de toda crítica. Costó más de $ 40 millones y fue levantado en la Mitad del Mundo, a poco más de una hora del centro de Quito. “Es la sede más funcional que tiene algún organismo multilateral en el mundo”. ¿No está muy lejos? ¡Cómo va a estar lejos, si está en la mitad del mundo!, responde. Más bien, asegura, disfruta del trayecto desde su casa, en la avenida González Suárez. No le inquietan, dice, las distancias ni las críticas ni su salida del cargo de secretario general de la Unasur que ocupó desde agosto del 2014. Le preocupa, se le nota, Donald Trump.