Un informe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (Comaco) –enviado a la Fiscalía el 8 de noviembre del 2011 y que fue utilizado como prueba en dos procesos penales derivados de la sublevación policial– señala que el presidente Rafael Correa sí estuvo secuestrado y que el 30 de septiembre del 2010 hubo una desestabilización del orden constituido.