Su primer acercamiento con el narcotráfico fue en un barrio de clase media alta de Medellín. Ahí conoció a John Jairo Arias Tascón, alias Pinina, quien trabajaba para el capo de las drogas, el colombiano Pablo Escobar. Había abandonado las escuelas de suboficiales de la Policía en Bogotá y de la Armada en Barranquilla. Quería cumplir su sueño de niño de ser uniformado, pero se desencantó.