Que un disparo le dio en un brazo, luego vino otro que afectó su otro brazo, un tercer disparo le dio en una de sus piernas y llegó un cuarto disparo que afectó la otra y aún así sostenía la bandera con sus dientes. Ese fue el relato con el que muchos ecuatorianos crecieron acerca de uno de los personajes más conocidos de la batalla del Pichincha.