El hígado graso grado 3, también conocido como esteatosis hepática severa, es una condición en la que el hígado acumula una cantidad significativa de grasa.
Esta condición es la fase más avanzada del hígado graso no alcohólico (EHGNA), y puede tener graves consecuencias para la salud, como cirrosis, insuficiencia hepática y cáncer de hígado.
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La enfermedad se asocia con un conjunto de factores de riesgo que incluyen obesidad abdominal, hipertensión, diabetes y colesterol alto.
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Según el sitio web Scielo España, que recopila revistas científicas de ciencias de la salud, más del 80% de los pacientes con EHGNA son obesos, y solo un 16% tiene un índice de masa corporal (IMC) normal y ningún factor de riesgo cardiovascular.
Ese mismo portal agrega que es la enfermedad hepática más diagnosticada en los países occidentales, con una prevalencia que oscila entre el 20% y el 30%, y amenaza con convertirse en un serio problema de salud pública.
¿Cuáles son los síntomas del hígado graso grado 3?
La mayoría de los pacientes con hígado graso grado 3 no presentan síntomas específicos, lo que dificulta su diagnóstico precoz.
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Sin embargo, Scielo apunta que algunos pueden experimentar fatiga, malestar digestivo, dolor en la parte superior derecha del abdomen y aumento del tamaño del hígado y del bazo.
Por esta razón es importante realizar una exploración física que incluya medidas como el IMC , pruebas de laboratorio y de imagen que evalúen la función y el estado del hígado.
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Adicionalmente, la esteatosis hepática puede deberse al consumo excesivo de alcohol, a trastornos hepáticos o a otras causas.
En estos casos, el portal Top Doctors indica que los síntomas pueden ser similares o más severos, e incluir, fatiga, náuseas, vómitos, diarrea, somnolencia, pérdida de peso, hinchazón en la parte superior del abdomen o dolor en ese mismo lugar.
¿Qué se puede hacer para tratar el hígado graso grado 3?
El sitio web anteriormente citado menciona que actualmente no existe un tratamiento farmacológico específico, por lo que el manejo de la enfermedad se basa en modificar los hábitos de vida que favorecen su aparición y progresión.
Se recomiendan las siguientes medidas:
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- Perder peso de forma gradual y controlada, lo que ayuda a reducir la inflamación y la fibrosis del hígado.
- Seguir una dieta equilibrada, baja en grasas saturadas y azúcares refinados, y rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras, lo que facilita la recuperación del hígado y previene el aumento de peso.
- Evitar el consumo de alcohol, que es la principal causa de daño hepático y que agrava el cuadro de hígado graso.
- Practicar ejercicio físico moderado y regular, lo que mejora el metabolismo, la circulación y el estado de ánimo.
- Controlar los niveles de presión arterial, glucosa y colesterol, lo que reduce el riesgo de complicaciones cardiovasculares asociadas al síndrome metabólico.
Los alimentos que no debes consumir si tienes el hígado graso
El hígado graso es una enfermedad silenciosa pero potencialmente grave, que requiere una atención médica especializada y un seguimiento periódico. Con un diagnóstico temprano y un cambio de estilo de vida, se puede revertir el proceso y evitar daños irreversibles en el hígado. (I)
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