El cuidado de la piel en pacientes oncológicos va más allá de una cuestión puramente de salud de este órgano, el más grande del cuerpo humano. También influye en el estado psicológico del paciente: determina cómo las personas perciben al paciente con cáncer y cómo se percibe a él mismo. Un buen cuidado de la piel puede influir mucho en el estado de ánimo del paciente.