Llevar una vida sedentaria puede acarrear problemas de salud por eso es importante adoptar un estilo de vida en el que se incluyan ejercicios físicos como por ejemplo salir a caminar, una actividad que puede ayudar a bajar el azúcar en la sangre.

Al respecto, un estudio de la Universidad de Limerick, en Irlanda, sobre un grupo de participantes mayores de 18 años arrojó resultados que demuestran que los paseos de intensidad leve tienen un significativo efecto en la reducción de la glucosa, como cita El Heraldo de España.

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Así puedes bajar los niveles de azúcar en la sangre en 30 minutos y cuáles son los picos altos más peligrosos

La glucosa es un tipo de azúcar en la sangre y la principal fuente de energía del cuerpo. Foto: Freepik.

El medio refuerza la información citando a investigadores del Hospital Clínic-IDIBAPS de Barcelona y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM) quienes aportan que con el ejercicio los músculos liberan determinados microRNAs lo que hace que mejore la sensibilidad a la insulina.

Es decir, que caminar ayuda a que los músculos utilicen la glucosa como fuente de energía y la acumulación de azúcar sea menor, según refiere La Cuarta.

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Caminar como ejercicio es una actividad que favorece la salud física y mental | Foto: Pexels

Cuál es la mejor hora para salir a caminar

Los investigadores del primer estudio que se menciona en estas líneas, Alan. E. Donnelly y Brian. P. Carson, consideran que la mejor hora para salir a caminar y así reducir el azúcar en la sangre es después de comer. Esto puede ocurrir hasta una hora y media después de la comida a la hora del almuerzo, como reseña El Heraldo.

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Un estudio sugiere que el mejor momento para dar una caminata y bajar el azúcar en la sangre es después del almuerzo. Foto: Freepik.

Cuánto caminar para bajar el azúcar en la sangre

Así que levantarse de la silla después de comer y dar un paseo leve o moderado al menos durante cinco minutos es una buena opción aunque se esté trabajando. La idea es no quedarse en la silla o en la cama justo después de ingerir alimentos.

Pese a la investigación, un especialista o su proveedor médico podrá reforzar esta teoría con algunas indicaciones según sea el caso de cada persona y si aumenta considerablemente el nivel de azúcar en la sangre. (I)

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