La epilepsia es una enfermedad del cerebro que se caracteriza por la predisposición a generar crisis epilépticas de manera recurrente, explica el doctor Luis Eduardo Yépez Guerra, neurólogo y experto en epilepsia de la red Omni Hospital.

“Afecta a cualquier persona y a cualquier edad. En ocasiones se identifican ciertos factores de riesgo según la edad, por ejemplo: en lactantes, los antecedentes de embarazos o partos complicados en niños. Los antecedentes de crisis febriles en adolescentes y adultos jóvenes, los traumas en adultos mayores, las comorbilidades con otras enfermedades (tumores, infartos, traumas, etc.)”, indica Yépez.

¿Cómo se detecta la epilepsia?

El diagnóstico de esta enfermedad es clínico y los estudios complementarios (resonancia magnética- electroencefalograma-bioquímica sanguínea) están encaminados a confirmar el origen de las crisis, comenta el especialista.

¿Tiene cura la epilepsia?

“En pocos casos existe una alternativa quirúrgica que puede corregir una lesión que origine las crisis. Actualmente, contamos con varias alternativas farmacológicas y no farmacológicas para controlar la frecuencia, duración e intensidad de las crisis”, asegura el neurólogo Yépez.

Llevar una vida normal

Se estima que hasta el 70 % de las personas con epilepsia pueden llevar una vida normal si reciben el tratamiento adecuado, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Aproximadamente 50 millones de personas en todo el mundo tienen epilepsia, lo que la convierte en una de las enfermedades neurológicas más comunes a nivel mundial. Cinco millones de ellos viven en la región de las Américas, agregan estas dos entidades.

Convulsiones

Las convulsiones son causadas por una actividad eléctrica anormal en el cerebro y son de dos tipos: convulsivas y no convulsivas. La no convulsiva tiene características como el cambio en el estado mental, mientras que la epilepsia convulsiva tiene características tales como movimientos anormales repentinos, incluyendo rigidez y temblores del cuerpo.

Las personas con epilepsia pueden experimentar estigma, prejuicios y abusos contra los derechos humanos, que pueden ser peores que las convulsiones mismas, coinciden la OMS y la OPS.