Tengo 21 años, soy universitaria y cada día que pasa siento que mi vida es tan vacía, paso deprimida, no me preocupo por mis estudios como antes. Vivo con mi mamá y unos tíos en casa de mis abuelos. Es aquí donde empieza mi problema, tanto así que muchas veces pienso que odio a mi familia y a Dios, porque si él me creó con mucho amor para dar, por qué ellos no lo valoran. Soy hija única, nunca tuve límites. Mi mamá, una mujer sin educación, se preocupó por darme lo que pudo, pero se olvidó de darme cariño, porque suele tratarme mal, con insultos. La odio por su forma vulgar de ser, por relacionarse con personas que no valen la pena, que se divierten con alcohol. La culpo de darme el padre que tengo, de quien no recibo nada porque es alcohólico y me abandonó. Él tiene más hijos, suelo hablar con uno de ellos, que es una maravillosa persona, pero mi papá también le arruinó la vida. Trato de ser una buena persona, pero es incontrolable, admito que he intentado quitarme la vida porque no recibo nada bueno. Necesito ayuda antes de cometer locuras, como salir del país sin importar el riesgo. Vivo llena de envidia de mis amigos, porque la mayoría tiene la familia que siempre soñé. Cómo hago para librarme de todo esto que me ata y no me deja ser yo.

Tanny

Estimada Tanny, ante todo, te felicito por tomar la iniciativa de buscar ayuda y reconocer que estás envuelta en una situación que te está haciendo daño y que no quieres seguir así, ese ya es el primer paso para tu sanidad y liberación. Entiendo que es muy doloroso que tus padres se hayan separado y no tengas un hogar propio con tus padres juntos y hermanos, como lo podría ser en la mayoría de casos. Según lo que comentas no has tenido el tiempo, la atención y cariño de ninguno de tus padres, pero también mencionas a tíos, no sé qué tipo de relación tengas con ellos, ¿estás en casa de tus abuelos o con ellos?

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Al parecer ha habido otros miembros de tu familia que han estado a tu lado y de alguna manera han compensado tus carencias afectivas. El que quieras ser una “buena persona” y reconozcas que Dios te creó “con mucho amor para dar” habla muy bien de ti, el asunto es que cada uno de tus padres ha tomado sus propias decisiones, algunas de ellas equivocadas, producto a su vez de sus propias heridas y frustraciones vividas. Lo que les pasa a ellos en el presente es el resultado de sus malas decisiones. Has podido darte cuenta de que las decisiones de ellos también te están afectando a ti.

Tengo dos noticias importantes para ti, la mala es que no podemos hacer nada para cambiar la vida y forma de ser de otras personas, en este caso tus padres, ellos son como son.

La otra noticia es buena, tú puedes decidir romper el ciclo y ser una persona diferente, uno mismo sí puede cambiar en tanto decida y trabaje en sanar sus propias heridas, superar sus miedos y construir una vida diferente a la de tus padres y a la que estás viviendo, pero para ello debes empezar perdonando a tus padres por todo lo que te han causado y lo que siguen haciendo, no reprocharles ni culparles, simplemente dejar ir aquello que ya quedó en el pasado, vivencias de cuando eras una niña y una adolescente “víctima de las circunstancias”, ahora eres una joven adulta que puede hacerse cargo y responsabilizarse de su propia vida.

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Toma tiempo para hablar con tus padres, interésate en ellos, en saber cómo están, cómo se sienten. Demuéstrales tu amor sin esperar nada a cambio, te sorprenderá descubrir el dolor que alberga su corazón y será el camino para entenderlos y sanar a la Tanny del pasado.

Retoma tu fe y relación con Dios; luego, rodéate de buenas amistades, que te apoyen y te animen a continuar con tus estudios, ponte metas para ocupar tu tiempo en algunos hobbies, decide aprender cosas nuevas, empieza a hacer un plan de vida y si consideras que no puedes sola, busca ayuda profesional, hay varios medios, en tu institución educativa pueden guiarte a encontrar esa ayuda. Lo importante es que no te conformes con lo que estás viviendo, sino que hagas un esfuerzo mayor para sanar y cambiar tus perspectivas de tu entorno y cuando tú sanes, tus circunstancias van a mejorar, aun cuando no cambien, tendrás la fortaleza para construir una vida diferente, no como la de tus amigos o tus padres, sino tu propia vida y propósito, así que te animo a recuperar la esperanza porque sí es posible cambiar tu futuro.

Mónica Llanos Encalada, Ph. D., psicóloga clínica
Teléfono: 099-183-9592.