No se trata de esos programas de TV gringos de dietas espectaculares y de transformaciones de casas, que parecen mágicos. Esto se trata de la nueva revolución parental que nos toca hacer en este momento de la sociedad, en este instante histórico, antes de que los desentendimientos y la incomunicación exploten la histeria colectiva de padres e hijos dentro de casa, así como la sociedad civil ya lo ha hecho, en el mundo entero.