Leer Rapsodia en seco, la nueva novela de la escritora ecuatoriana Sonia Manzano, es adentrarse en la música popular y en la literatura, y, por supuesto, en el mundo de la escritura y sus vericuetos, puesto que, como cualquier otro oficio, escribir tiene sus bemoles. Es una obra sobre el camino escritural y sobre el paso del tiempo. Y también sobre la soledad y el desamor.

En esta pieza, el amor es un tanto esquivo a los personajes. Publicada por el sello capitalino El Ángel Editor, la novela contiene 198 páginas y está estructurada en cinco partes o capítulos. Es un libro de múltiples voces. Los personajes, quienes habitan en Quito, se alternan para narrar lo que les sucede a ellos y, a la par, dar cuenta de los acontecimientos de la vida diaria capitalina, de la que hacen parte la familia, los amigos, los colegas.

Eugenia es una escritora que ha cultivado la poesía y la narrativa y en la actualidad escribe una novela, que le presenta dificultades. No está en su etapa más prolífica e inspirada y lucha por revertir la situación. En su juventud tuvo amores con el director del taller de literatura al que asistió, personaje con el que se reencuentra 40 años más tarde.

Su hermana Anatolia es médica y tiene una hija llamada Teresa, producto de una violación por parte de su jefe, un médico que era amigo de su padre.

Al contrario que Anatolia, quien lleva una vida discreta y un tanto anodina, Eugenia es sociable. Cada fin de mes, siempre viernes, organiza una tertulia literaria en su casa, a la que acuden amigos escritores, incluso uno que vive en el mismo edificio y se enamora de su sobrina Teresa. También el director del antiguo taller de literatura, que luego de permanecer por largo tiempo en España, retorna al país. Leen sus textos en voz alta y se forma una conversación en torno a estos, en la que sale a relucir, a veces, la petulancia de quien que se cree mejor escritor que otro, o los celos y la envidia.

La forma de concebir la literatura y de juzgar los textos se aprecia en estas reuniones, matizadas por algún que otro cotilleo. Se muestra el mundo literario con toda su belleza y con sus miserias. Encuentros, desencuentros, amores, resquemores, tienen lugar en las páginas de Rapsodia en seco, una obra escrita con el humor inteligente y el bagaje cultural de los que es dueña Sonia Manzano.

Referencias literarias (Vallejo, Beckett, Kafka y muchos otros) y musicales (desde Soy rebelde, de Jeanette hasta pasillos como Ángel de luz) se hallan a cada momento. Estas se insertan de manera natural, sin ápice de presunción y siempre de forma lúdica, lo que hace que el lector se sienta acompañado de una biblioteca y de una banda sonora que le ponen sabor a esta historia, a la vez erudita, irónica y juguetona.

En la obra resaltan la juventud y el optimismo de Teresa, en la treintena de su vida, en contraposición con la adustez y declive de algunos de los personajes mayores, vencidos acaso por el paso del tiempo, lo que recuerda que, como dice una canción, uno no es lo que quiere, sino lo que puede ser.

Se reconoce el estilo personal, rotundo, de Sonia Manzano, así como su trabajo con las palabras y sus múltiples resonancias y significados. ¿Y qué pasa con la novela que está escribiendo Eugenia? Para saberlo, un buen plan carnavalero será leer Rapsodia en seco. (O)