Históricamente, muchos de los directivos que hoy lideran las empresas han tenido una formación tradicional que busca afirmar sus decisiones en las variables del pasado y así poder proyectarse en el presente o futuro. Pero el panorama de este año, con los efectos aún vigentes de la pandemia más la complejidad adicional que traen las elecciones, ha generado un entorno cambiante en el que la formación tradicional ya no responde.