Un virus altamente contagioso y mortal, el H5G9, empieza a causar muertes por millones en todo el mundo. Las ciudades entran en caos y los gobiernos declaran toques de queda generales para tratar de controlar el pánico.

Pero algo más ocurre. En medio de la emergencia hospitalaria, el doctor Aditya Singh, un médico emocionalmente golpeado por las pérdidas en su trabajo y en su vida personal, tiene que atender una nueva alteración. En el área de recién nacidos, un grupo de pequeños híbridos, humanos con fuertes rasgos animales, empieza a llenar las cunas. Algunos tienen alas y pelaje, otros colas y bigotes. Una mezcla adorable y atemorizante.

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Este episodio desencadena en el Gran Colapso, el declive de las instituciones y del orden, y también la caída global del internet. La historia nos transporta al momento en que un hombre decide huir al fin del mundo, esto es, al Parque Nacional Yellowstone, con su bebé híbrido, Gus, para enseñarle a escapar de los humanos.

Sweet Tooth hace que el fin del mundo sea un poco más tierno, opina Andrew Webster, crítico de The Verge. Es una serie “agradable y amigable para la familia”, considera Daniel D’Addario, de Variety.

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Pero Lucy Mangan, de The Guardian, tiene otra visión que tal vez se acerque un poco más a la experiencia del ciudadano común: mírelo con una mentalidad abierta y una bebida caliente a su lado, y otra más por si acaso, “porque no sabría decirles si es la peor cosa que he visto o la mayor creación para entretenimiento de la humanidad”.

La producción, basada en el cómic de Jeff Lemire, pega demasiado cerca de quien ha sentido ansiedad, miedo, quien ha visto de cerca los efectos de la pandemia por el nuevo coronavirus, los que han perdido a seres queridos y los que han pensado seriamente en renunciar a la ciudad, el internet, los noticiarios y refugiarse en algún lado donde las noticias no lleguen tan rápidamente.

Vemos a Gus aprender a caminar, a hablar, a sobrevivir en el bosque y a ocultarse de animales y de humanos hasta cumplir 10 años. Descubre cómo pescar y sacar el jarabe de los árboles de maple (de ahí el título del show), y también se desarrollan sus rasgos híbridos, una pequeña cornamenta de ciervo.

Pero en el mundo se ha reunido también un grupo de personas que se sienten las originales, los únicos humanos reales que quedan, y que han conformado una especie de milicia para imponer la normalidad que anhelan. Una de sus misiones es capturar a los híbridos, a quienes culpan por el virus y todo el desastre posterior. Dos de estos grupos se disputan a Gus, y uno finalmente se lo lleva, con la promesa de encontrar a la madre del niño, y a otros pequeños híbridos como él.

Pero la historia no abandona al doctor Singh, pues él también tiene un secreto. Ha encontrado a alguien que produce una especie de cura temporal que se fabrica de manera clandestina y que pronto se dejará de preparar. El tiempo se acorta. Singh decide asumir personalmente el proyecto, hasta que empieza a descubrir la lista de ingredientes.

Netflix ha puesto a Sweet Tooth la etiqueta para mayores de 13 años. ¿Pueden verla los niños? Tal vez, si elige acompañarlos y estar dispuesto a atender a todas sus preguntas, y a reconocer que algunas no tendrán fácil respuesta.

En el papel protagónico tenemos al pequeño Christian Covenry (11 años), extremadamente joven y también experimentado frente a la pantalla. Como contraparte está Adeel Akhtar como el doctor Singh, ganador de un premio de la Academia Británica de Televisión. Akhtar también participa en Enola Holmes. (E)