El por qué a muchos nos gustan las series y películas de suspenso policíaco puede tener tantas explicaciones como arena en la playa. Lo cierto es que en el grupo de los aficionados a la narrativa criminal coinciden un gustillo por la adrenalina que provocan estas escenas; la idea de resolver el misterio al mismo tiempo que los protagonistas; y el poder de disfrutar el miedo en un modo controlado, desde la seguridad del sillón.

Y en otro plano, este tipo de historias obsesionan a la audiencia porque el crimen siempre se resuelve, es decir, por más imperfecto que sea un sistema de justicia, básicamente funciona, puntualiza Lester Andrist, profesor de sociología de la Universidad de Maryland en una entrada del blog Hopes and Fears. Así que en un sentido irónico, podrían decir algunos, estos relatos suelen tener un efecto reconfortante.

Ahora, si a estos ingredientes les agregamos personajes mitológicos y leyendas rurales, la intriga se torna mucho más compleja y enigmática. Esto es lo que sucede con la trilogía del Baztán, una serie literaria fabricada por la escritora vasca Dolores Redondo Meira que se convirtió en tres películas para Netflix. Dirige Fernando González Molina, quien se hizo conocido por dirigir algunos capítulos de las series Los hombres de Paco y El barco.

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La autora sitúa una cadena de misteriosos asesinatos en las locaciones de su región de origen, Elizondo, un pueblo del valle del Baztán, Navarra, donde las creencias populares conviven con lo más moderno de su cotidianidad y los diálogos se cruzan entre el español y el euskera.

El héroe de esta trama es la inspectora de policía Amaria Salazar, que regresa de mala gana a su tierra natal para aclarar estos siniestros conectados, sin saberlo, a su pasado familiar. Es caracterizada por la actriz española Marta Etura Palenzuela (Goya 2010).

La primera entrega es El guardián invisible (2017), que nos introduce al Basajaun, el protector de los bosques, una especie de Yeti vasco. Aquí también se revelan los conflictos internos de Amaia, en paralelo con los resultados de sus pesquisas, para descubrir por qué todo este tiempo ha huido de su lugar de origen.

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Le sigue Legado en los huesos (2019) con el mito del Tarttalo, una figura terrorífica que despierta otra ola de crímenes. Las pistas, pequeños restos óseos, están vinculados en concreto con la niñez de Amaia, lo cual le hace cuestionarse su reciente maternidad.

El cierre de la colección es Ofrenda a la tormenta (2020) donde Salazar investiga la desaparición de varios bebés, atribuida a Inguma, un ente sobrenatural maligno. Al igual que en las anteriores cintas, los responsables de los delitos son personas de carne y hueso, muy cercanas a la policía. Esta vez, es su recién nacido quien está en peligro en esta red de conocidos sospechosos.

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