El exitoso programa peruano infantil que marcó a toda una generación, “Nubeluz”, que fue transmitido en casi todo el mundo y contagió con su alegría, ilusión y carisma a millones de niños en la década de los 90, mantuvo siempre en secreto lo que contenían los conos con los que premiaban a sus participantes y hoy, tres décadas después ya no es un misterio.