El amarillo no siempre es sinónimo de felicidad. Puede ser el color que ilumina la noche, el color de la mecha de una vela cuando se enciende, la apariencia de las fotos antiguas a medida que se van desdibujando, el color de un recuerdo o idea cuando se prende. Precisamente estas son las sensaciones que Resonar pretende evocar en su nueva obra de teatro sensorial: Amarillo, una creación de Juan José Ripalda y Rocío Maruri.