La plaza Lúdica, en la calle Panamá, se convirtió en el nuevo escenario de Mar Rendón esta tarde, pero en uno más íntimo y especial, con sus fanes. En medio de las fiestas de proceso fundacional de Guayaquil, la artista ofreció una firma de autógrafos que tenía previsto durar una hora, pero la numerosa asistencia hizo que se extendiera a dos horas.
El espacio de la plaza se dividió entre la feria El Libro y la Ría, que se desarrolla todos los domingos de este mes, y la firma de autógrafos, que convocó a un centenar de personas (aproximadamente).
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En el lugar, ambientado con una ligera brisa ‘guayaca’, se dieron cita personas de todas las edades: niños con su tradicional guayabera, niñas con su vestido de guayaquileña, señoras y señores de la tercera edad, familias enteras, adolescentes y su incondicional club de fanes, las marcianes.
Unas de ellas fueron las hermanas Norma y Ana María Gallardo, quienes a sus 68 y 60 años, respectivamente, declararon a este medio que son fanes número uno. “Valoro su voz, su calidad humana... Me ha sorprendido porque, para ser tan joven, es canchera. Ella sabe manejarse y sabe conectar... Trasciende con su voz y con su canto”, expresó Norma.
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“La vengo a conocer recién (en persona), pero siento que un día estará tan alto que se va a volver inalcanzable, porque proyecta para grande”, añadió la mujer mientras entre sus manos sostenía un póster y en su cabeza portaba una diadema de marciano.
“Tiene un carisma único. Tiene la capacidad de transmitir y hacernos sentir. (Entre) ella, con 20, y yo, con 60, siento que hay una conexión muy bonita... Reproduzco y gozo de sus canciones”, comentó, toda emocionada, Ana María.
“La admiro demasiado. Amo cómo canta, su personalidad, todo de ella”, dijo por su parte Nathaly, de 14 años, quien comparte su fanatismo con su madre, Blanca Flores.
Mariuxi García, directora del Museo Nacional del Cacao —entidad que organizó el encuentro—, contó a este medio que la idea nació de la propia Mar, quien tras una visita al museo se mostró interesada en grabar su próximo video musical en el lugar. Parte del acuerdo fue este acercamiento con los visitantes del museo y los fanes. “Vimos que para fiestas julianas podía ser un aditivo increíble para calle Panamá que ella nos visite y de esa manera también promover la venta de comida en los locales, las visitas al museo, y así la gente conozca las nuevas plazoletas que ha construido el Municipio”, describe.
Mar no se negó a nada; firmó todo lo permitidamente posible, desde celulares, camisetas, pósteres, diarios, brazos, artículos de prensa, brazos hasta la blusa que llevaba puesta una mascota.
A pesar de que sus obligaciones —ya la llamaban para ir a otro lugar—, entregó una hora más a su público, cargada de la misma energía de siempre. A cada persona que se acercó a conocerla le brindó su tiempo, su videodedicatoria, su foto, su abrazo y hasta una ‘cantadita’ de Déjame ir con una de las jóvenes. Mar se entregó por completo a los fanes, que por fin cumplían el sueño de conocerla en persona.
Como David Chungata, de 18 años, quien minutos antes de su encuentro con Mar confesó que se sentía nervioso y con ganas de llorar. “Es la primera vez que la veo en persona... Ella envía un mensaje positivo para los jóvenes y la sociedad de que debemos amarnos tal y como somos, que tenemos que salir adelante y, si queremos, podemos lograr lo que queramos en nuestra vida y futuro”, manifestó el joven, que estaba acompañado de su abuelita Sara.
Algunos hasta vinieron de otra provincia para poder llevarse su autógrafo, abrazo, foto y el gusto de conocerla más de cerca. Como Luifrido Gómez, quien llegó desde el cantón Las Naves (provincia de Bolívar) y, aprovechando su visita a la ciudad, no dudó en asistir a esta actividad. “La sigo desde que está en La academia. Yo soy fiel seguidor de ella. Amo a esa mujer. Estoy aquí para cumplir mi sueño”, dijo el hombre de 57 años. (E)