Por Juanjo
La segunda fecha del Festival Otra Música (FOM) en el Teatro Sánchez Aguilar (TSA) contó con la participación de la artista quiteña La Torre, la banda de rock Cometa Sucre y para poner punto final estuvo el cantante y músico Ricardo Pita, quienes actuaron para aproximadamente doscientas personas, cifra que podría decirse fue el promedio de asistencia en las dos jornadas del FOM en la sala principal del TSA.
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Iniciando puntual estuvo el debut en Guayaquil de La Torre, proyecto solista de la artista quiteña Renata Nieto, en el que se encarga de fusionar música electrónica, minimalismo y pop, coqueteando con sonidos autóctonos de nuestro país. Un atuendo rojo, como el color de su pelo, sintetizadores, batería y secuencias fueron la base de su performance que también tuvo como invitada a la intérprete local Camila Pérez en el tema Alma mía. La Torre presentó también canciones como Temporal y una versión del clásico ecuatoriano Puñales. Una interesante propuesta que puede sorprender por momentos debido a que mantiene una engañosa pasividad, para luego retomar con energía y dinamismo.
Liderados por Pedro ‘Perico’ Argüello, se plantó discretamente en el escenario la agrupación Cometa Sucre, quienes se mostraron emocionados por poder compartir con el público luego de mostrarse muy activos en shows y sesiones virtuales. Las iluminación tuvo un papel muy importante durante su concierto, además de la puesta en escena que de manera particular contaba con televisores a transistores que proyectaban ruido blanco y distintas imágenes.
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Cometa Sucre aprovechó para tocar la mayoría de su repertorio, en el que constan su EP debut Pastillas de valor y su primer álbum En transmisión perpetua. Hubo buena química con los asistentes, quienes fueron invitados a moverse con canciones como Viviendo al revés y El mundo no ha muerto, además de una versión acústica acompañada de las palmas de sus seguidores para Mismo lugar. Un rock matizado con un sonido impecable en el que cada instrumento jugó un papel importante; tres guitarras, sintetizadores, bajo, batería y voz.
Ricardo Pita es alguien que podría ser definido como nómada o caminante, ya que puede pasar de una ciudad a otra de manera inesperada con facilidad, por supuesto eso se ve reflejado en su música, que ahora incorpora nuevos factores como secuenciadores, sintetizadores y programación, junto a toda esa esencia folk que lo ha caracterizado durante su vasta trayectoria.
Pita protagonizó un show casi sin interrupciones en el que no necesitó de muchas palabras para conectar de manera inmediata con la gente, quienes cantaron sin cesar a pesar de escuchar renovadas versiones de temas como El ciclo, Viento eterno y algunos otros de su más reciente producción La casa rodante. También se dio el gusto -según sus palabras- de invitar a Alejandra ‘Pepa’ Cervantes, exintegrante de Los Corrientes y a un frecuente integrante de su banda de apoyo, David López, para cantar a tres voces La negrita.
El Festival Otra Música cerró de lujo y vuelve a demostrar que en estas épocas hay que seguir apostando por la fluidez del sector cultural, que ha estado golpeado en nuestro país desde antes de la pandemia. Se debe apostar en nuevos proyectos que involucren cada vez más a nuevos artistas, muchos de nuestro medio sin duda tienen la mejor calidad.
Pienso que...
La Torre se mostró como una artista dominante en escena, su performance evolucionó en el transcurso de la noche, teniendo como punto más fuerte el dúo con Camila Pérez en una soberbia interpretación que se ganó aplausos de toda la sala.
Cometa Sucre demostró que tenía muchas ganas de tocar, prueba de eso fue la buena interacción que tuvo con el público entre cada canción; un punto que suele ser olvidado por los artistas, provocando aquellos silencios incómodos en la sala. De menos a más. Así se define la gran intervención de una banda que fusionaba pop rock, soft rock y ciertos tintes alternativos.
Ricardo Pita no le teme a innovar. Se atrevió a mostrar una propuesta que sin duda sorprendió a aquellos que tal vez esperaban verlo con su guitarra acústica, como de costumbre, sin embargo llegó con sintetizadores, guitarra eléctrica y melodías que esperan volver a ser escuchadas. (I)