Jesús Alberto Páez, de 35 años; Óscar León, de 33, y Diego Alvear y Enyerberth Flores, ambos de 30, son los actuales integrantes de la quinta generación del grupo Adolescentes de Venezuela, el cual a lo largo de su trayectoria ha alcanzado amplia popularidad, especialmente en varios países de América Latina, como Colombia y Perú, además de haber contribuido significativamente a la renovación y popularización de la música salsera durante las décadas de los noventa y del 2000.
Así lo explican los jóvenes artistas: “Este es un concepto que viene manejándose desde hace varios años y a lo largo de este camino el tema que nos representa como generación es titulado Te vas, pero se vienen dos producciones nuevas y otra que acabamos de hacer en Europa”.
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Justamente fue en ese continente donde realizaron una extensa gira que bautizaron con el nombre 10 Años de Oro, donde promocionaron sus sencillos más populares, como En aquel lugar, Anhelo, Me tengo que ir y Bésame. Durante aproximadamente tres meses le cantaron a su público latino en países como Alemania, Italia, España, Suiza, entre otros.
“Fueron más de 25 conciertos que se llenaron totalmente, realmente fue un tour exitoso. Pasamos por Bélgica, Francia... La hemos pasado increíble también compartiendo con muchos artistas internacionales que admiramos y respetamos. Gracias a Dios. A esta generación le sirvió bastante que tuvimos la oportunidad de promocionar Te vas. Ya vamos como siete años como grupo”, detalla Alvear, único miembro del equipo que no es originario de Venezuela, pues nació en Ecuador.
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El cuarteto arribó a nuestro país para ofrecer en Guayaquil un show el viernes 23 de agosto, donde compartieron el escenario con el salsero puertorriqueño David Pabón, Gabino Pampini, Ely Dafrika y Maurín Rodríguez. Al día siguiente, el sábado 24, montaron un espectáculo en Quito en compañía de Paolo Plaza, Beder Musicólogo y, nuevamente, Pabón.
“Ya hemos estado acá en Ecuador y hemos llevado nuestra música a muchas ciudades, como Cuenca. Siempre nos han recibido con todo el cariño y el amor. Venimos recargados y estábamos completamente seguros de que haríamos bailar a todos con nuestra energía y así fue”, confiesan.
“La adrenalina al ver al público gozar es uno de los motores que nos mueven y emocionan de seguir en este mundo del entretenimiento y la música. Escuchar al público corear los temas que nosotros interpretamos es muy gratificante. La salsa nos ha permitido esto”, manifiesta Páez. (E)