Ser cursi fue el código de vestimenta para quienes asistieron la noche del viernes 17 de noviembre al primer concierto de la cantante argentina Flor Bertotti en Guayaquil.

Nada era exagerado: faldas con un tul voluminoso, zapatos Converse rosados, rojos o lilas, tops amarillo intenso y hasta una capa de luces que una de las asistentes elaboró una noche anterior con su abuela. Si sus fanáticos esperaron este show durante 17 años, lo apropiado era vestirse para la ocasión.

Florencia Bertotti: ¿dónde ha estado este tiempo la cantante y actriz argentina que hoy agota auditorios en Latinoamérica?

Cuando el dulce tic-tac del reloj marcó las 20:45, el escenario se iluminó y se volvió tornasol para recibir a Bertotti, quien apareció con un equipaje de mano y saludando –con su inconfundible sonrisa y carisma– a Guayaquil antes de interpretar Arriba las ilusiones de su telenovela Niní (2009).

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“¿Quién estuvo acá la primera vez que vine? ¿Y quién es la primera vez que viene hoy”, preguntó la artista de 40 años para encender (aún más) el ánimo del público. “Vamos a pasar una noche única, espectacular, vamos a cantar todas las canciones que tenemos tatuadas, nos vamos a emocionar, vamos a bailar y la vamos a pasar muy bien”, auguró.

A continuación, complació a su público con Hay un cuento de Floricienta, acompañada de un escenario con toques dorados, el color simbólico de la magia.

El repertorio de la telenovela que se transmitió entre 2004 y 2005 fue el más esperado y coreado por un público que (con el permiso e invitación de Florencia) descubrió su faceta dramática y llorona con Por qué, una balada hecha –en palabras de la artista– para llorar. Sin embargo, en este show tuvo un giro final rítmico con una secuencia de baile que secó cualquier lágrima que hubiera sido derramada.

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Para 'Mi vestido azul' vistió un vestido de ese color.

Mi vestido azul fue otro de los temas más sentidos. Pero para terminar de cumplir las expectativas de sus fanáticos más exigentes, cerca de las 21:30 la artista dio paso al segmento ‘delivery de canciones’, donde interpretó temas bajo pedido de sus fanáticos.

Entre las solicitadas estuvieron Y la vida, Corazones al viento, Te siento, Kikiriki, Pobres los ricos, Los niños no mueren (que según dijo siempre le provoca ganas de llorar), Cosas que odio de vos y Qué esconde el conde (la cual no cantaba hace 18 años y que esta noche interpretó a capella). El último de los pedidos fue Que la vida se va en una versión acústica y mucho más sosegada.

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Que la vida pasa, no te pierdas nada por no irla a buscar”, el mensaje fue recibido por el auditorio.

Bertotti incluyó también en su repertorio temas originales como Hola, qué tal, Mil gotas, Ay qué lindo, Eso no se hace y Quédate conmigo, que fueron menos populares, pero recibidos con igual entusiasmo.

Ya cerca del cierre del encuentro musical decidió lanzar la favorita de todos los presentes con coronas, diademas y tiaras hechas con flores amarillas y luces. Sí, Flores amarillas. Las primeras notas del tema fueron suficientes para despertar la euforia y los aplausos de todos.

Las flores amarillas adornaron todo el recinto del concierto. Foto: Marco Vera A.

Pero aún no fue el cierre, pues hubo espacio para La vida es hoy y otros dos himnos de Floricienta: Solo vos y Tic-tac.

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Finalmente –y para enfatizar su mensaje positivo y lleno de amor– tomó prestado All you need is love de los Beatles para despedir a su público.

La próximo presentación de Florencia Bertotti en Guayaquil será el domingo 19 de noviembre. Las entradas están a la venta en TicketShow.