Tiene 33 años e imita a la perfección a Ana Gabriel. Se trata de la cantante Erika Edgar, una riobambeña que vive por y para la música.

Tiene más de 4 años viviendo en la ciudad de Guayaquil, pero pasó su infancia y adolescencia en Venezuela. “Desde pequeña he estado en el mundo de la música, cuando regreso aquí al país a los 25 años entro al estilo Mariachi. He participado en realities de canto a nivel nacional y actualmente me estoy desempeñando como cantante solista en el género regional mexicano”, cuenta la joven artista.

Ha aparecido en la TV en los espacios Los reyes de la música popular (TC Televisión) y Doña Fama (Ecuavisa). También fue parte de la séptima temporada de Yo me Llamo, por la señal de Teleamazonas. Es ahí donde se ha desarrollado como imitadora y da vida a la mexicana Ana Gabriel.

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“En mi casa a todos nos gustaba la música pero no había un artista como tal en la familia. Yo soy la primera y crecí escuchando Rocío Dúrcal, Yuri, Karina... pero me identifico y creo que mi sello es el de Ana Gabriel. Mi esencia y la raíz de lo que soy es ser Mariachi”, confiesa.

En Spotify, plataforma de streaming musical, puede encontrar canciones de Erika como El Gatillo, cuya producción audiovisual estuvo a cargo de la productora Mano de Obra de Colombia, y Prefiero Estar Sola. Ha compartido tarima con grandes nombres del mundo artístico como Silvestre Dangond, Tito El Bambino, Binomio de Oro, Paola Jara, Jessi Uribe, Tony Vega, entre otros.

Edgar comenta que toca el ukelele, instrumento que aprendió a usar gracias a videos en YouTube. “Me lo regaló mi esposo un día y empecé a buscar tutoriales. No soy experta, pero me defiendo”, relata entre risas. Alfredo Abreu, el productor nominado a los premios Latin Grammy en 2021, es su vocal coach. “Con él estoy estudiando música, canto, técnicas de respiración como tal”, explica.

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La ecuatoriana comenta que también le gustan mucho los animales y que durante su adolescencia, pensó que sería veterinaria. Pero la imagen de ella sobre los escenarios pudo más y nunca dejó de visualizarse como cantante. “Que la gente sepa mi nombre y que le guste lo que hago y cante conmigo siempre fue mi sueño y la meta que he tenido”, expresa.

“Lo estoy viviendo en este momento, es un proceso que lo estoy disfrutando mucho porque es algo que se va trabajando poco a poco. Ser un gran artista no es tener fama, sino que es lograr que la gente conecte con lo que presentas y tener esa química con tu público en el escenario. Eso lo hace muy bonito”, afirma y recuerda con cariño y humor la primera vez que se subió a una tarima profesionalmente.

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“Esa vez se me olvidó la mitad de una canción (risas). Pero fue súper bonito de verdad aunque los nervios siempre te acompañan. Veo hacia atrás y me doy cuenta de todo lo que he recorrido para estar en el punto donde me encuentro y eso es algo mágico”, finaliza. (E)