Por años, la guayaquileña Sonia Manzano Vela ha encontrado en la palabra escrita un medio para expresarse sin limitaciones; en un vehículo que data de 1972 ha cargado poesías, novelas y un par de cuentos con los que se experimenta un viaje por las calles del dolor, la ironía (mucha), la sensibilidad, la memoria, el amor, el desamor y el sentir de las mujeres. “Mi identidad no está en una cédula de identidad; mi identidad está en lo que yo escribo”, expresa en diálogo con EL UNIVERSO.