“Flush no era un perro cualquiera: animoso y, al mismo tiempo, reflexivo; canino, sí, pero a la vez extremadamente sensible a las emociones humanas”, escribió Virginia Woolf sobre su can luego de fallecer. “Si te sientes mal, miras a los gatos y te sientes mejor porque ellos saben que todo es tal como es”, aconsejó Charles Bukowski.