La solapa delantera de su libro no lleva la tradicional presentación del autor; en su lugar, Óscar Vela exorciza de entrada el amargo sabor de la injusticia. “Me atormenta la idea de que todos los recursos legales salgan mal una vez más y que Nelson termine sus días en ese cuarto tétrico llamado sala de ejecuciones, observado por varios morbosos como un animal de circo...”, escribe en Los crímenes de Bartow, su novela publicada recientemente.