El director de Misión: Imposible (1996), Brian De Palma, casi anula la escena más recordada de esa primera película de la popular franquicia, ya que su protagonista, Tom Cruise, terminaba golpeándose la cara una y otra vez contra el suelo, lo cual, según la trama, habría activado las alarmas durante esa recreada incursión en una bóveda de seguridad de la CIA.