Numerosos gestos en la cancha han delatado la fe de la selección ecuatoriana de fútbol, que siempre se muestra agradecida con Dios por sus logros en el deporte. Desde arrodillarse y señalar al cielo hasta persignarse cuando marcan un gol, los jóvenes ecuatorianos que representan al país a nivel internacional no solo comparten su amor por el balón, sino también por Cristo.