La esposa del príncipe Alberto de Mónaco cada día regresa con más aplomo a la vida pública y los actos oficiales tras un difícil período de enfermedad que la mantuvo alejada de sus obligaciones reales.

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Este fin de semana, miles de monegascos se deleitaron con la presencia de la princesa Charlene, quien acudió a los eventos relacionados con el Gran Premio de Mónaco de la F1.

La royal de origen sudafricano se ha ido reincorporando a sus funciones tras haber pasado 10 meses en su país natal entre 2021 y 2022, donde fue operada varias veces por una grave infección otorrinolaringológica.

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Durante ese tiempo, Charlene estuvo completamente alejada de la corona, incluso se perdió el séptimo cumpleaños de sus gemelos y su décimo aniversario de bodas.

Aun el año pasado, se le vio muy delgada y ella misma reconoció que no se sentía al 100%. Sin embargo, parece que este mal ya es cosa del pasado porque lo que vimos este fin de semana ha sido un derroche de belleza y al mismo tiempo salud.

El look impactante de Charlene de Mónaco en la F1

Varios medios especializados en realeza calificaron su aparición como “escultural, elegante y aplomada”, en palabras del Daily Mail. La princesa Charlene acompañó a su esposo durante el Gran Premio de Mónaco de la F1, donde deslumbró con un elegante mono azul índigo de Louis Vuitton, de chaqueta cruzada y pantalón ancho.

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Con su cabello como siempre corto, rubio e impecable, la exnadadora olímpica se mostró sonreída y segura mientras compartía con el ganador de la carrera, Charles Leclerc de Ferrari.

Sin embargo, el verdadero y despampanante outfit que realzó su belleza y simpatía fue el glamoroso vestido rojo también de Louis Vuitton que lució ese mismo día en la noche, durante la cena de gala en honor a Leclerc.

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La pieza destacaba por una sección plateada con lentejuelas y cristales en 3D en la zona del escote, que prescindía de los hombros.

Una elección más que acertada por esta amante de la moda, pues la hizo ver radiante y con un semblante rebosante de salud y una mejor energía.

En una de sus últimas entrevistas, que concedió al medio local Monaco-Matin a finales del año pasado, aseguró sentirse “en plena forma, feliz y serena” y con deseos de volver a practicar la natación, para retomar la fortaleza de sus días de gloria en los Juegos Africanos de 1999, donde se llevó varias medallas.

(E)

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