Poco más de dos semanas han pasado desde el bautizo de Lilibet Diana Mountbatten-Windsor y el tema sigue dando de qué hablar. Fue precisamente después del evento celebrado el 3 de marzo cuando se dio a conocer que la hija menor del príncipe Harry y de Meghan Markle tenía el título de princesa, al igual que su hermano Archie.
Detalles como quién fue el obispo que ofició el bautizo y la razón por la que su padrino, el actor Tyler Perry, no quiso que la ceremonia se celebrara en Reino Unido, siguen siendo tema de conversación.
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Y es que los medios británicos continúan haciendo eco de la noticia que tuvo como escenario la mansión de la pareja en Montecito en California, Estados Unidos, donde residen Harry y Meghan junto a sus dos hijos desde el 2020.
Los detalles del bautizo de Lilibet Diana en Montecito
El reverendo John Harvey Taylor, obispo de Los Ángeles, fue el encargado de dirigir la ceremonia de bautizo a la que asistieron entre 20 y 30 personas, entre ellas las tías maternas de Harry, Lady Jane Fellows y Lady Sarah McCorquodale.
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Taylor es exjefe de gabinete del presidente Richard Nixon y fue uno de sus confidentes más cercanos, reseña Mail Online. Además, antes de convertirse en obispo fue reportero y luego editor de un periódico en los años 70, menciona el diario británico.
En el 2002, se casó con Kathy O’Connor y en el 2004 se ordenó como sacerdote. Años más tarde fue elegido como séptimo obispo de Los Ángeles para la Diócesis Episcopal, cargo que asumió en el 2017. Desde entonces este padre de cuatro hijos y abuelo de dos nietos se ha dedicado “a promover la reconciliación” y “la transparencia”.
Lilibet, quien en junio próximo cumplirá dos años, ahora tiene como padrino al actor Tyler Perry quien, a decir de Mail Online, es un acérrimo defensor de los duques de Sussex. A pesar de ello, los medios dan cuenta de que se habría negado a que el bautizo se celebrara en Reino Unido.
Perry, de 53 años, dijo sentirse “honrado” por esta elección de Harry y Meghan por lo que no dudó en volar en un jet privado desde Atlanta hasta California. Como un gesto hacia los Sussex, el actor llevó a la ceremonia privada un coro de góspel de 10 personas.
Cuando el cineasta apareció en el documental de la pareja en Netflix confesó que había aceptado ser el padrino de Lilibet solo si no tenía que viajar al Reino Unido para el bautizo pues no quería formar parte de una ceremonia con la realeza, reseña Mail Online.
“Colgué el teléfono y lo asimilé todo y luego les devolví la llamada y les dije: ‘Espera un segundo, ¿eso significa que tenemos que ir allí y hacer todo eso en la iglesia con ellos y resolver todo eso? ¿afuera? Porque no quiero hacer eso”, menciona Perry en el documental.
El medio inglés recuerda que tradicionalmente los niños que nacen dentro de la monarquía son bautizados en las residencias reales, tal como sucedió con la ceremonia de Archie en el Castillo de Windsor en julio de 2019.
En el caso de Lilibet Diana fue distinto. La princesa de los Windsor americana fue bautizada en una íntima ceremonia en la mansión de sus padres. Su abuelo, el rey Carlos de Inglaterra, estuvo invitado a la celebración, al igual que su esposa Camila y los príncipes de Gales, Guillermo y Kate Middleton, aunque todos desistieron su participación, según reseñan medios internacionales.
Las tías maternas de Harry, hermanas de la princesa Diana fueron las únicas que aceptaron la invitación y no dejaron solo a Harry y Meghan en tan importante día para los Sussex. (E)
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