A la ceremonia de los Óscar ha llegado pizza, se han repartido bofetadas y, en algún momento, se les negó la entrada a los artistas negros. Pero un momento inmortalizado ha sido la selfi que, por iniciativa de la actriz Ellen Degeneres (¿o de Samsung?), congregó a Jared Leto, Jennifer Lawrence, Channing Tatum, Meryl Streep, Julia Roberts, Kevin Spacey, Bradley Cooper, Lupita Nyong’O y Brad Pitt y Angelina Jolie.

Para empezar, reunir a Brangelina sería muy difícil, pasaron por un largo proceso de divorcio, que ella pidió por su propio bienestar y el de sus hijos, por el carácter violento y los problemas con el alcohol del actor, según declaró. Hoy, él está de novio con la diseñadora Inés de Ramón.

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En el centro está Kevin Spacey, quien fue acusado por el actor Anthony Rapp y otros hombres jóvenes de abuso sexual mientras la estrella vivía en Inglaterra, en la década de 1980; en medio del escándalo, Spacey decidió salir del clóset y declararse abiertamente homosexual e ingresar a una clínica de rehabilitación por su adicción al sexo. Fue absuelto de todos los cargos, pero hasta entonces Netflix lo canceló y muchos de sus contratos para películas y series se cayeron. Además, su nombre aparece en los registros de vuelo del avión privado de Jeffrey Epstein de principios de la década de 2000. Pero eso no ha evitado su retorno al cine, en la película The Contract su personaje se llama El Diablo.

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Degeneres, dueña del celular con el que se hizo la selfi, escribió entonces: “Si tan solo el brazo de Bradley (Cooper) fuera más largo...”, sugiriendo que hubiese podido incluir a más celebridades. Sin embargo, tal vez ella tampoco podría estar ocupando el centro de la toma. La comediante estadounidense de 66 años, que se declara defensora de los derechos de los animales, vegana, miembro de la comunidad LGBTI y vocera contra el abuso sexual, ha sido acusada por sus exempleados de crear un ambiente tóxico, de racismo, miedo e intimidación en el set del show que llevaba su nombre, estrenado en 2003.

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Diez excolaboradores de la actriz alegaron que no había forma de denunciar a ejecutivos que acosaran sexualmente a las empleadas, y, en cambio, se despedía a la gente que tomaba permisos médicos y por duelo. En las redes sociales se crearon hilos de historias de Ellen siendo abusiva, echando a gente por atreverse a saludarla o a mirarla a los ojos.

WarnerMedia inició una investigación con un equipo interno y con una consultora, mientras que DeGeneres aceptó la responsabilidad y prometió corregir la situación. En 2022, el programa dejó de salir al aire. Ese mismo año, ella volvió con una docuserie sobre su vida. (E)