Un terremoto de magnitud 7,8 estremeció el sur Turquía y el norte de Siria la madrugada del lunes 6 de febrero. La sacudida provocó la muerte de más de 11.000 personas, notificado de forma oficial, hasta el día de hoy. Es una de las peores desastres que ha sacudido dicha región, con múltiples destrozos en edificios e infraestructura, y uno de los más mortíferos de las últimas dos décadas.