Con la coronación del rey Carlos III, fue la segunda vez en 70 años que se transmitió por televisión la entronización de un monarca en Reino Unido. Sin embargo, como es tradición, hay un rito secreto y sagrado que no es difundido a través de las cámaras y que ni siquiera pudieron ver los presentes en la Abadía de Westminster.

La pionera en compartir con los británicos y los espectadores mundiales su ascenso al trono fue Isabel II, en junio de 1953. Antes, en 1937, su padre Jorge VI también cumplió con este ritual que por un momento deja semidesnudo al jefe del Estado. En ambos casos, tampoco fue visible el instante más sagrado de la ceremonia: la unción de Su Majestad.

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Por qué no pudo verse la unción del rey Carlos III

El arzobispo de Canterbury, James Welby, ofició la unción del rey Carlos III con aceites santificados que certificaron el carácter divino del momento considerado de comunión de Dios y el nuevo soberano. Por esta razón, esta parte de la ceremonia no puede ser vista por nadie más.

El rey se sentó en el Sillón de la Coronación para la unción con óleo sagrado y el coro cantó el famoso himno de coronación de Handel “Zadok the Priest”.

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Para evitar que se viera el momento de la unción se utilizó un dosel o pantalla, especialmente bordado con hermosos y simbólicos motivos.

El procedimiento consistió en colocar un poco del aceite en las manos, la cabeza y el pecho (a la altura del corazón) del monarca.

En consonancia con el espíritu de modernidad que caracterizó la ceremonia, en la unción se usó un aceite hecho solo de elementos vegetales por petición del rey Carlos III, detalla Gastrolab.

El aceite fue cosechado de dos arboledas en el Monte de los Olivos y consagrado en una ceremonia especial en Jerusalén a principios de este año, señaló la Casa Real.

La tradición indicaba el uso de “un aceite fabricado con elementos extraídos de las glándulas anales de una civeta y de compuestos que se obtenían de ballenas”. No obstante, el rey Carlos III, a tono con la modernidad de su coronación que rechaza la crueldad animal, pidió un aceite vegano.

Por esta razón, el ungüento sagrado se hizo a partir de aceitunas de olivos de Jerusalén y perfumado especialmente con aceites esenciales de diferentes plantas.

(I)

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